La Justicia obliga al presidente Juan Manuel Santos a que realice «todo lo que esté en su mano» para el retorno del conjunto que se expone en el Museo de América
La Corte Constitucional de Colombia ha enredado el proyecto que el presidente Juan Manuel Santos ha diseñado para excavar el galeón San José excluyendo a España. En una votación registrada el pasado día 19, el alto Tribunal ha pedido a su gobierno, por 5 votos contra 1, «emprender todas las acciones necesarias para recuperar el tesoro» que el presidente Carlos Holguín regaló a la Reina María Cristina en 1892 como agradecimiento por la intervención de España, favorable a Colombia, en una disputa fronteriza con Venezuela.
Desde entonces las 122 piezas de este tesoro estuvieron en el Museo Arqueológico Nacional, primero, y más tarde en el Museo de América, donde pueden contemplarse ahora. Es un importante conjunto funerario asociado a la tumba de dos caciques, hallado por huaqueros en la localidad colombiana de Filandia en 1890.
Lo más llamativo de la orden dada por la Corte Constitucional al Gobierno de Colombia para que reclame el retorno del tesoro quimbaya es el criterio. Los magistrados aseguran en su fallo que la entrega (en 1892) del conjunto por parte del presidente Holguín Mallarino vulnera tres artículos de la actual Constitución Política colombiana, en vigor desde 1991. Fuentes jurídicas destacan este efecto retroactivo tan llamativo que alcanza un acto más que centenario de generosidad, cuyas motivaciones resulta difícil juzgar hoy, aunque en 2007 el abogado Felipe Rincón señaló que Holguín no había pedido la debida autorización al Congreso de la República de entonces.
Diversas fuentes colombianas adelantan que resultará infructuoso acudir a los tribunales internacionales, puesto que la posesión por parte de España es perfectamente legal, después del regalo recibido hace 125 años. La opción sería el Comité de Restituciones de Unesco, cuyo uso por Colombia resultaría cuando menos chocante porque el Gobierno de Santos ha despreciado todas y cada una de las recomendaciones de la organización para el galeón San José, ya que la Convención establece la cooperación con España como país de bandera. Y tampoco se entiende que solo se solicite esta colección española y no otros tesoros quimbaya vendidos en Estados Unidos, por ejemplo.
Tiembla el galeón
El argumento central de los artículos constitucionales de 1991 que vulneró el generoso Holguín sin saberlo con 99 años de adelanto al regalar el Tesoro de los Quimbaya tiene su miga. El Artículo 63 recuerda que «el patrimonio arqueológico de la Nación y los demás bienes que determine la ley, son inalienables, imprescriptibles e inembargables». Si lo son para tan lejana fecha, ¿qué no habría que decir del intento del actual presidente Juan Manuel Santos de excavar un galeón español pagando al rescatista con parte del tesoro del San José? Ese pago enajenaría parte del patrimonio asociado al pecio del galeón, que terminaría en manos privadas.
Para legalizarlo, Santos ha logrado cambiar la ley de Patrimonio de Colombia, introduciendo un principio inventado por el cazatesoros Robert Marx: el principio de repetición, según el cual, los objetos con valor de mercado que se presentan repetidos (monedas, lingotes, piedras preciosas) pueden enajenarse de su valor patrimonial. Así se convirtió el cazatesoros en fuente de derecho en Colombia en una polémica norma aprobada por su Parlamento.
El artículo 72 de la Carta dice algo similar: «El patrimonio arqueológico y otros bienes culturales que conforman la identidad nacional, pertenecen a la Nación y son inalienables, inembargables e imprescriptibles». Y el 88 habla de la protección del conjunto del patrimonio como interés colectivo. Papel mojado en el caso del San José.
As en la manga para España
El asunto del tesoro quimbaya llegó a la rueda de prensa del último Consejo de Ministros en España. Preguntado por un medio colombiano, Íñigo Méndez de Vigo ofreció una respuesta medida al gramo: «Me ha interesado mucho por este tema porque somos amigos de Colombia y haremos con el requerimiento que nos envíen lo que hacemos con los amigos que queremos: lo estudiaremos con la máxima atención. Las relaciones entre españoles y colombianos son muy grandes. Es verdad que tenemos también alguna controversia, como en el caso del galeón San José, donde España tiene una posición que no ha sido atendida».
Polémica del ICAHN
Pero no es el único problema que tiene el proyecto del galeón. Hace pocas semanas se ha sabido que el director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICAHN), Ernesto Montenegro, llamado a capitanear toda la excavación del San José, mintió sobre su especialización en arqueología subacuática en algunos documentos oficiales. Montenegro, según medios académicos, afirmó tener una «Maestría en ‘Arqueología Náutica Mediterranea’ cursada en la Universidad e Barcelona» en un currículum, como se ve en la foto de la página del ICAHN, que ya no está disponible online. La ministra de Cultura, Mariana Garcés, también declaró en su día: «Nos trajimos a un experto en patrimonio sumergido, una prioridad del Gobierno nacional y que requiere de una persona que tenga la experticia sobre el tema como lo es Ernesto Montenegro».
Aunque en su hoja de vida, publicada por el sitio de periodismo de investigación «El Expediente», afirma tener una especialización de dos semestres, lo cierto es que hizo un curso de un mes: «Constaba de 30 créditos ECTS, 20 de clases teóricas, más 10 de un trabajo de investigación (…) En cualquier caso, Ernesto Montenegro completó el curso y eso es cierto, pero no el máster», según uno de sus profesores. El dato está ahora en conocimiento de las autoridades, después de que esta polémica minara su credibilidad, y por ende la del proyecto de Juan Manuel Santos, que siempre alardeó de contratar al “dream team” internacional.
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