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Montenegro: «No puedo garantizar que no se comercialice parte de la carga del galeón San José»

Montenegro: «No puedo garantizar que no se comercialice parte de la carga del galeón San José»
Jesús García Calero el

Hablamos con Ernesto Montenegro, el arqueólogo colombiano, director del ICANH y director del polémico proyecto de excavación del buque español San José, hundido en 1708 en Cartagena de Indias.

 

La versión oficial dice que en el principio fue el «originador», un contratista secreto que propuso a Colombia excavar el galeón San José, hundido en 1708 durante una batalla con barcos ingleses. En el fondo del mar, cerca de Cartagena de Indias, a mil metros de profundidad, yacen los restos del buque, con sus cañones desperdigados, su tesoro y los restos de casi 600 marineros españoles. Más allá de esa versión oficial, el presidente Colombiano Juan Manuel Santos cambió las leyes de patrimonio para poder pagar con parte de la carga a quien se encargue de la excavación y comenzó este proyecto con empresas de conocidos cazatesoros.

Perfil del barco sobre el fotomosaico del yacimiento / ICANH

El secreto de Estado cubre con un velo de opacidad cualquier aspiración a que el del San José sea un proyecto científico al uso. Colombia ha presentado a los medios algunas fotos y unos pocos datos de la exploración, pero de la parte científica poco se sabe. Por ello ABC solicitó una entrevista con Ernesto Montenegro, arqueólogo y director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), quien está al frente de las investigaciones.

-Hablemos del inicio de proyecto. ¿Cuándo el Gobierno, a través del ICANH, decide intervenir el San José, había ya un proyecto presentado por «originador»?

-El ICANH tiene distintos instrumentos legales, desde la leyes de 1997 y 2008, unas obligaciones con respecto a la sociedad colombiana y a las instituciones internacionales de resguardar el patrimonio arqueológico de Colombia. Resguardarlo en sus distintos momentos, hacer un inventario de sus bienes, hacer un manejo y autorizar el manejo de esos bienes patrimoniales e implementar las medidas que se han previsto. La ley 1675 de 2013 asocia a las responsabilidades del Ministerio de Cultura, ICANH y Dirección General Marítima la responsabilidad de reconocer los bienes del Patrimonio Cultural Sumergido (PCS) que se encuentran en territorio colombiano. Hemos incorporado los distintos datos que tenemos en Océano Atlántico, Pacífico y aguas internas.En esa dinámica se autoriza que los procesos que se desarrollen en las aguas deben contar con arqueología preventiva.

-Me refiero al caso concreto del San José.

-Adicionalmente se prevén proyectos de investigación específica, búsquedas de bienes concretos. En ese sentido se presentó ante el Ministerio de Cultura una iniciativa para explorar un segmento de las aguas colombianas, donde el proceso de investigación permite la identificación de esos bienes.

-Es decir se presentó un proyecto externo. Tras dar permiso al «originador» para la exploración, ¿cómo se hizo la identificación del pecio?

-Una vez autorizado se adelantaron campañas de prospección con sonares y esa información confirma algunas anomalías. Después de muchas verificaciones se identificó un pecio con unas características interesantes, notablemente porque tiene un proceso de sedimentación sobre él bastante discreto. En esa medida, bastantes de los objetos que hacen parte del pecio pueden ser identificados a simple vista. Es el momento en el que se identifican los cañones, como aspecto más relevante. Sin embargo el trabajo posterior ha permitido hacer una planimetría completa del yacimiento arqueológico y comparar con mediciones específicas de la estructura naval y los datos de arquitectura naval histórica con que contamos y que corresponderían efectivamente a una estructura tipo galeón y que tiene una distribución de elementos que correspondería con una nave como la que estamos señalando. Aparte de ello, podemos inferir que, de acuerdo a las tipologías de materiales y la estructura que estamos viendo, se trata de un yacimiento arqueológico constituido por un pecio de origen naval y que creemos que corresponde al San José.

-¿Hay un momento en el que una inscripción en un cañón confirma que se trata del San José?

-Tenemos identificados varios cañones y sabemos que tenemos los distintos tipo de calibres que hacen parte de la artillería que está referenciada y corresponde con los calibres del San José. Sin embargo un número específico no ha sido hallado.

-¿O una fundición que fuera la específica?

-En este momento no tenemos un sello específico. Hay un buen número de inscripciones genéricas de los materiales del siglo XVII pero no con la especificidad del San José.

-¿En esa exploración, el ICANH y usted ya estaban en el proyecto?

-Sí, nosotros hemos participado de todas las partes del proceso.

-Entiendo que hay cosas que pueden ser reservadas, pero hay algunas otras que me cuesta más entender. ¿Porqué no se han hecho públicos datos meramente científicos como los del magnetómetro, las dimensiones exactas, la profundidad? Sus comparecencias públicas no han sido prolijas en datos concretos. ¿Por qué?

-En realidad yo comparto con usted la pregunta porque recurrentemente me la hacen. Y quisiera señalarle que conozco muy pocos procesos científicos que den cuenta a la velocidad que los periodistas quisieran tener la información. No sé si la investigación del sida o el cáncer producen resultados a la velocidad que en este caso particular llama mucho la atención. Los estudios complejos, largos, y los análisis que se derivan de ellos no tienen la velocidad que nos exigen los medios.

-Seguramente los periodistas exigimos mayor velocidad que la que la ciencia tiene, pero en esos casos que ha citado se ha ido conociendo al detalle cada experimento realizado, cada vacuna probada, cada avance. Han sido comparecencias en las que se hablaba de proteínas y composiciones y datos concretos sobre los resultados. Hay una gran nube de opacidad sobre todos los datos que emergen de la investigación del galeón San José después de casi dos años de trabajos sobre el pecio. No podrán revelar todo y mucho menos la ubicación, pero sí datos que permitirían a científicos de todo el mundo (de la misma Colombia, del mundo hispano y del resto) ir tomando una medida del calibre del hallazgo, del proyecto y de la adecuación de los métodos puestos en práctica. Hasta ahora sus presentaciones son más pensadas para la prensa que para los colegas de la ciencia.

-Es cierto que las comunicaciones han tenido un nivel restrictivo y han sido pensadas para la prensa. En el momento en que se salga una publicación científica, tendremos una publicación científica, ciertamente.

-¿Y van a esperar al final del todo o van a ir haciendo informes de cada campaña como ocurre en todas las excavaciones (ya llevan dos campañas, la de hallazgo y la de prospección del pecio)?

-Claro, por supuesto, tendrán su publicación, efectivamente. En este momento hay un proceso de reserva en la medida en que el compromiso contractual obliga al secreto de una serie de datos que tienen esa condición legal. Pero toda la información científica se dará a conocer en el momento en que estemos autorizados para hacerlo.

-Me pregunto cómo se siente un científico que sabe que el método científico se basa en la posibilidad de compartir los datos y el conocimiento, de hacerlos falsables y comprobables, cómo se siente ante el hecho de que un contrato pueda demorar de esta manera tan llamativa el acceso a los datos cuando el interés público es tan evidente. ¿Lo comentan sus colegas?

-Yo pienso que como entidades públicas científicas nos regimos por las leyes de nuestras naciones y en esa medida cumplimos la reglamentación.

-¿El proyecto lo están supervisando ustedes o hay otros órganos implicados en esa responsabilidad?

-Hay un conjunto de entidades. La nuestra se refiere al aspecto arqueológico pero por supuesto hay un contenido oceanográfico, marítimo, biológico. Cada elemento se valora de manera distinta por las entidades especializadas.

-Dice su Gobierno que una de las ventajas de este modelo creado para el San José es la participación de gran cantidad de científicos colombianos. ¿Quiénes son, aparte de usted?

-Dentro del procedimiento que se estableció, hemos pasado la fase de exploración y se abre la posibilidad de la fase de intervención. La fase de exploración ya tiene todos los resultados, relacionados con el hallazgo y como usted señala no se han hecho públicos. Se han generado en el ámbito de la exploración y la identificación del pecio. Otra cosa es el procedimiento de intervención, que implica unos profesionales de muy distintas ramas del conocimiento. Las propuestas que recibimos deben incorporar profesionales colombianos.

-Si se habla de que el «originador» está contratando un «dream team», de que se están buscando a los mejores del mundo, ¿qué tienen que decir el ICANH, o el Ministerio de Cultura sobre ese proceso de contratación? ¿Qué exigen ustedes?

-Por supuesto, de manera ponderada cada uno debe superar unos niveles que estableció el Gobierno colombiano que tienen que ver con los desarrollos tecnológicos muy específicos y serán del orden de laboratorios internacionales. Hay una serie de procedimientos y conocimientos de los cuales hay unos recursos humanos y técnicos en Colombia que deben ser tenidos en cuenta, en el establecimiento del modelo de intervención.

-Cuando se supere la fase de contratación, ¿tiene claro qué se va a excavar y qué no?

-Tenemos claro que el procedimiento será una intervención arqueológica, se debe hacer una valoración de acuerdo a las características de cada una de las áreas. En términos de que la constitución del yacimiento arqueológico es diversa, tiene unos distintos niveles de acumulación de materiales y de sedimentación. Lo que tenemos claro es que el proceso será sistemático, estratigráficamente aunque las fases no correspondan a estratos naturales. Pero sí tienen que ver con la formación del yacimiento y deben ser entendidos en el proceso de excavación, de tal manera que se garantice a través del registro la reconstitución plena de todo los materiales arqueológicos.

-¿Qué sabremos del galeón que ya no sepamos?

-Es una pregunta interminable…

-Al menos elementos destacados.

-Por supuesto, el conjunto de preguntas que podamos hacer no es el mismo que hacíamos antes de lanzarnos. Tenemos la responsabilidad de hacer un registro completo de los materiales y del contexto cierto del yacimiento, de recoger la mayor cantidad de información físico química asociada que permita responder a las preguntas que tenemos hoy y a las que puedan surgir.

-Pero. ¿cuáles destacaría?

-Si me lo pregunta directamente a mí, me parece que identificar algunas características del San José va a permitir entender un poco más sobre la arquitectura naval de finales del siglo XVII y el salto a la que se producirá en el siglo XVIII. De las maneras y de la vida cotidiana en las naves trasatlánticas tenemos un yacimiento que puede responder a las cuestiones de ese tipo, sin descartar ámbitos de la economía o el comercio internacional que se verán reflejados seguramente en los materiales que encontremos.

-¿Entonces se subirán partes de la nave para comprender la arquitectura?

-Todas las áreas que sean intervenidas corresponderán seguramente con materiales intervenidos y tendrán un tratamiento de conservación.

-¿Usted garantiza que nada de lo que salga del galeón se va a comercializar?

-No, yo no puedo garantizar eso.

-Porque la ley 1675 dice que hay algunas partes que pueden ser eliminadas de la lista de patrimonio, por su condición de repetidas, y empleadas como pago al «originador». ¿Quién decidirá en el laboratorio qué objetos serán esos?

-El Consejo Nacional de Patrimonio.

-¿Quiénes lo forman? ¿Son todos científicos, funcionarios, de qué especialidades?

-Son funcionarios de distintas áreas e instituciones.

-¿Parte científicos y parte que no lo son?

-(Duda) No lo sé con certeza. Científicos sí hay pero no sé si alguno no.

-No puedo olvidar que desde el minuto uno, diciembre de 2015, el presidente Juan Manuel Santos siempre dijo que el galeón es patrimonio de todos los colombianos.

-Ahá

-Y terminar pagando al «originador» con parte de esa carga digamos que pone en manos privadas parte de ese patrimonio que era de todos los colombianos. Aunque lo declaren «no patrimonio» es valioso justamente porque lleva tres siglos sumergido en un galeón.

-Tiene usted toda la razón.

-La pregunta entonces: ¿usted como arqueólogo está de acuerdo con el criterio de repetición?

-Yo creo que no hay un criterio que pueda ser evaluado de manera independiente. Hay un conjunto de elementos que forman la manera en que se entienden los objetos de la realidad. Particularmente creo que ese tipo de miradas se acercan más al tipo de discusiones políticas que a aproximaciones científicas. Si a un pensamiento científico se le hace una pregunta delimitada por una sola categoría no puede ser ya respondida en un marco lógico, lo cual no significa que la ciencia no tenga una posición política. Pero no puede definirse sobre una sola categoría.

-¿Merece la pena el riesgo que suponen para el objeto en sí de la investigación, en este caso un patrimonio único, este tipo de contextos, ajenos a la ciencia, más bien políticos? Puede dispersarse patrimonio, perderse contexto…

-Creo que la ética y la deontología de la ciencia se lo han planteado recurrentemente en los procesos científicos. Somos capaces y responsables de intervenir la realidad. En lo que me concierne, la responsabilidad mayor del Estado colombiano es ocuparse de los bienes patrimoniales y garantizar su protección, que no se garantizaría si se deja al abandono un yacimiento como este.

Tinajas y otros restos en la superficie del pecio / ICANH

-Usted se formó en España y Francia, dos países de la vieja Europa y ambos firmantes de la Convención Unesco 2001. ¿Qué significa para usted el origen cultural del galeón?

-Es muy importante, es la razón por la que estamos usted y yo conversando. Tiene que ver con que tenemos una historia compartida que de ninguna manera podemos desconocer. Hay un conjunto de procesos históricos que vinculan de manera muy importante tanto a esa Europa y la Península Ibérica con el Continente Americano. Iberoamérica es una entidad cultural. Lo que no tiene ningún sentido es que se construya de manera contemporánea una valoración colonial de la historia compartida. No tendría ningún sentido volver a viejísimos «chauvinismos» que han sido superados después de que los nacionalismo fueron derrotados de manera tajante en Europa en general y que no podrían ser asociados a discusiones contemporáneas que vuelvan a tratar los temas de las posesiones coloniales de una España monárquica del siglo XVII. Eso no tiene sentido y no niega de ninguna manera la historia.

-No puedo estar más de acuerdo. Espero que si alguna vez España participa en un proyecto arqueológico sobre un buque de la Carrera de Indias la carga no sea un problema. Me gustaría escuchar discursos que dejen fuera cualquier narrativa colonial. Pero me parece una lástima el hecho de que España no tenga un papel en ese proyecto tan importante, el hecho de que nuestra historia común no se cuente en común. No puedo comprenderlo. Supongo que puede haber desencuentros por ambos lados. Pero Colombia tiene mayor responsabilidad.

-Eso que usted asevera no lo sabe a ciencia cierta.

-¿El qué? ¿A qué se refiere? He dicho unas cuantas cosas.

-(Se ríe) Tendremos que conformar los equipos de una manera adecuada a los intereses.

-Si el origen cultural es importante, ¿le parecería importante que España pudiera sumarse?

-Pienso que es pertinente por el bien científico que los especialistas estén determinados por el orden del conocimiento, no por la nacionalidad de los sujetos. Nadie ha rechazado la posibilidad…

-¿Hay ahora mismo algún español en el equipo?

-En este momento no puedo confirmarle eso.

-¿Cómo piensan tratar los restos de los marineros españoles que se hundieron en el San José cuando los encuentren?

-Por supuesto, el sitio es un yacimiento arqueológico. Procederemos con todos los principios deontológicos de la arqueología al proceder sobre restos humanos y los trataremos con una consideración técnica en un primer momento y por supuesto en el ámbito simbólico adecuaremos la intervención y seremos responsables con lo que eso implica.

-Se han anunciado un laboratorio y un museo. ¿Quién lo va a regir, el «originador» privado, o será público del Estado?

-La Asociación Público Privada que desarrolla el proyecto prevé que en los primeros años se maneje en manos del «originador» y posteriormente se haga un traspaso a las instituciones públicas.

-Desde las comparecencias con el presidente Santos y en la prensa se ha comparado mucho la tecnología y el desafío de este proyecto del San José con el Titanic ¿No le parece un error que se haga eso, cuando el Titanic sufrió un expolio?

-Le contesto con una sonrisa: yo no me ocupo del Titanic. Lo que escriban otros no es cuestión del ICANH. Si fuese por comparaciones tecnológicas, legítimamente estamos con mayores capacidades que las que fueron empleadas allí.

-Me comentó al principio las obligaciones de Colombia con las instituciones y la legislación internacionales para la preservación del patrimonio. Si finalmente se vende parte de la carga del San José, ¿no siente que la imagen de Colombia sufrirá porque se quedará fuera de la ley, de esas leyes y estándares internacionales?

-Colombia ha sido responsable de cada uno de los acuerdos que ha comprometido. La responsabilidad con la que asume el reto de su PCS está en concordancia con la imagen que proyectará de cara al futuro. No se puede hablar de discursos demagógicos con respecto a la población ni de «chauvinismos», sino ser garante de la protección del patrimonio. En estos tres años nos hemos ocupado de manera muy responsable de un conjunto de bienes arqueológicos a lo largo de las aguas y el territorio colombiano. No creo que eso vaya a ir en contravía de lo que hemos hecho.

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