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Cajal y Ochoa, unidos por el cerebro

Cajal y Ochoa, unidos por el cerebro
Cátedra en Neurociencia el

El cerebro fue el protagonista de la XXIV Lección conmemorativa Carmen y Severo Ochoa y el Premio que entrega anualmente la Fundación. Además, este año coincidía con el 25 aniversario de la muerte de Severo Ochoa.

“Si por algo sentía Severo Ochoa dejar este mundo era por perderse todos los hallazgos científicos que se iban a producir”, recordó el profesor César Nombela, presidente de la Fundación Carmen y Severo Ochoa.

No cabe duda de que hubiera disfrutado oyendo decir a  Rafael Yuste, director del NeuroTechnology Center de la Universidad de Columbia (Nueva York), que en 15 años la Neurociencia estará en disposición de descifrar el cerebro humano y las consecuencias éticas que este “avance” tendrá. Yuste, que pronunció la Lección  Conmemorativa, explicó los esfuerzos del proyecto Brain americano, del que es el principal impulsor, por encontrar herramientas que permitan observar el cerebro en funcionamiento en tiempo real en animales vivos y su correlato en el comportamiento.

Unos minutos antes, José Javier Lucas Lozano, responsable del grupo “Enfermedad de Huntington y otras patologías neurales”, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa CSIC-UAM, de Madrid, recibió el premio Carmen y Severo Ochoa. El galardón reconoce la investigación de excelencia en bioquímica y biología molecular realizada principalmente en España en los últimos cinco años. Y en esta XXIV edición ha premiado el trabajo del doctor Lucas sobre las bases moleculares de las enfermedades del sistema nervioso, uno de los retos actuales de la Neurociencia y la Medicina.

El doctor José Javier Lucas estudia los mecanismos moleculares de las enfermedades neurodegenerativas usando como modelo el Huntington, una enfermedad autosómica dominante caracterizada por movimientos involuntarios, síntomas psiquiátricos y demencia, que afecta a unas 4.000 personas en España y para la que no hay cura.

El profesor Lucas explicó que, gracias a la serendipia, habían encontrado que enfermedades tan aparentemente diferentes como los trastornos del espectro autista y la enfermedad de Huntington tenían en común una proteína, que en el autismo conecta los factores ambientales y genéticos que gobiernan este trastorno del neurodesarrollo.

Sin duda Severo Ochoa habría disfrutado con estos importantes avances. Como recordó en varias ocasiones Ochoa se consideraba discípulo de Cajal. Ochoa no conoció personalmente a Cajal, que se acababa de jubilar cuando él empezó sus estudios de Medicina. Sin embargo, dos de los libros de Cajal -“Recuerdos de mi vida” y “Reglas y consejos sobre la investigación científica”- tuvieron mucho peso en la decisión de Ochoa de dedicarse a la investigación científica.

Cajal y Ochoa, unidos por el cerebro

“La Fundación Carmen y Severo Ochoa se siente muy satisfecha del desarrollo de este acto, con un premiado, el doctor Lucas, que engrosa una nómina muy ilustre de la élite científica que esta Fundación ha contribuido a resaltar año tras año, desde la muerte de Severo Ochoa en 1993. Y ha tenido un broche de oro con la conferencia del doctor Yuste”, destacó el profesor Nombela, con unas palabras que sin duda hubiera suscrito Severo Ochoa, de quien Nombela fue discípulo.

Nombela mostró también su agradecimiento a la fundación Tatiana Pérez de Guzmána el bueno por su colaboración con la Fundación Carmen y Severo Ochoa, en esta edición. Como destacó el presidente de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, Teodoro Sánchez-Ávila, ambas Fundaciones difunden la labor de los dos premios Nobel españoles en Medicina, Santiago Ramón y Cajal y Severo Ochoa. “Ambos desarrollaron una labor pionera en el ámbito de la Neurociencia y la Biología Molecular, respectivamente”, resaltó.

Teodoro Sánchez-Ávila indicó que, coincidiendo con el 25 aniversario del fallecimiento de Severo Ochoa, la Fundación acogió gustosa la propuesta de colaboración de la Fundación Carmen y Severo Ochoa, para patrocinar su premio y la Lección Conmemorativa. “Teniendo en cuenta nuestra especialización en neurociencia, me alegra especialmente que este año la Lección Conmemorativa haya sido impartida por el profesor Rafael Yuste, uno de nuestros neurocientíficos más prestigiosos, y que se haya premiado al doctor Lucas, que trabaja en las enfermedades del sistema nervioso en España”, resaltó.

El acto de homenaje anual a Severo Ochoa, que tuvo lugar en el salón de actos del CSIC, lo había abierto su presidenta, Rosa Menéndez, que actuó como anfitriona. Menéndez destacó el nivel del conferenciante y del premiado: “Rafael Yuste es uno de los investigadores que mejor conocen la estructura neuronal. Y las investigaciones del profesor Lucas sobre Huntington están al más alto nivel internacional”, resaltó ante un auditorio compuesto en gran parte por estudiantes y jóvenes investigadores.

El punto final de tan interesante sesión lo puso el secretario general Coordinación Científica del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, Rafael Rodrigo, que felicitó al premiado, José Javier Lucas, por su excelente producción científica. Ensalzó también la labor de la Fundación Carmen y Severo Ochoa por el reconocimiento, con su galardón, de biólogos moleculares que desarrollan un trabajo de excelencia en España.

Rafael Rodrigo destacó participación del profesor Yuste en el desarrollo y uso de nuevas neurotecnologías: “Ha sido un placer tenerle como orador, con un tema apasionante y preocupante que sin duda marca el futuro del desarrollo de la neurociencia”. Y resaltó su labor como “patrocinador, promotor y protagonista del proyecto Brain estadounidense, que nos permitirá, en un plazo corto científicamente hablando, no solo poder leer el cerebro sino también escribir en él”.

Los galardonados son un ejemplo que hace valer los objetivos de las Fundaciones Carmen y Severo Ochoa y Tatiana de Guzmán el Bueno, en su empeño por dar un salto de calidad en nuestro entendimiento de la fisiología del sistema nervioso y llegar a su necesaria aplicación en las patologías neurodegenerativas. No puedo olvidarme de resaltar el trabajo de coordinación de ambas fundaciones, como patrocinadoras de esta edición de los premios, que en un ejercicio ejemplar han logrado hacer convergen sus objetivos científicos y sus respectivas áreas de trabajo: la biología molecular y la neurociencia”, concluyó el secretario general Coordinación Científica del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

Por Pilar Quijada

 

 

De izquierda de derecha, Teodoro Sánchez-Ávila, presidente de la Funación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno; José Javier Lucas, premio Carmen y Sesvero Ochoa 2018; Rafael Yuste, Universidad de Columbia; Rosa Menéndez, ,presidenta del CSIC, Rafael Rodrigo, secretario general Coordinación Científica del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades; César Nombela, Presidente de la Fundación carmen y Severo Ochoa; Margarita Salas, Salas, Centro de Biología Molecular Severo Ochoa; Carmen Cavada, directora de la cátedra UAM-Fundación Tatiana en Neurociencia; y César de Haro, secretario de la Fundación Carmen y Severo Ochoa
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