Sí, así de impresionante es lo último de Pedro Sánchez, aunque cueste creerlo. Y quien diga que manipulo sus palabras, pues no, porque no hay otra manera de interpretar políticamente su frase exacta, hoy, en la contraportada del diario El Mundo:
“Sobra el Ministerio de Defensa”
El Ministerio de Defensa existe para gestionar y dirigir las Fuerzas Armadas, y, por lo tanto, todas las acciones militares de un país, y el presupuesto de ese Ministerio que Sánchez quiere eliminar es el que sostiene las Fuerzas Armadas. Su desaparición, con presupuesto incluido, sólo cabe en un supuesto, en el de la desaparición de las Fuerzas Armadas o, en su caso, en su conversión en una institución simbólica sin una actividad real que sea necesario gestionar, sostener económicamente y dirigir.
No sé cómo intentará arreglar el desaguisado el líder socialista, que lo intentará, pero este nuevo y grave error tiene el efecto de erosionar aún más su imagen cuando apenas acaba de comenzar su liderazgo en el PSOE.
Tan sólo en el curso de una semana ha cometido tres errores. Primero fue la propuesta de “funerales de Estado” para las víctimas de la violencia de género, lo que rectificó pocas horas después, advertido del sinsentido y ridículo de la propuesta.
Y a lo anterior sumó su idea de endurecer el régimen de incompatibilidades de los diputados socialistas, él que ha sido hasta ahora profesor y tertuliano además de diputado, lo que le recuerdan sus compañeros indignados con las diferentes reglas que quiere aplicarles.
Y ahora lo del Ministerio de Defensa… Quizá este nuevo líder socialista no constituya el adversario complicado para el PP que yo imaginé (en este mismo blog) cuando fue elegido para liderar el PSOE.
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