La izquierda moderada y hasta la derecha elogian al Gobierno de Sánchez por lo que consideran un perfil mayoritariamente socialdemócrata, poco radical y sin incorporaciones podemitas. Mientras tanto, le arrecian las críticas de quienes le hicieron presidente, la extrema izquierda y los independentistas.
¿Es que Pedro Sánchez engañó a todos los que le dieron el voto para formar Gobierno? ¿Es que Pablo Iglesias, los independentistas catalanes y Bildu le apoyaron a cambio de nada? ¿Por mero odio a la derecha?
¿Es que Sánchez sólo negoció con el PNV el mantenimiento del presupuesto con todas las concesiones al País Vasco a pesar de las duras críticas socialistas a esas concesiones y a ese presupuesto? ¿Fueron gratis todos los demás votos?
Cuesta creerlo, por mucho que el odio a la derecha tenga una enorme capacidad de movilización. Cuesta creer que sea posible tanta torpeza por parte de nacionalistas y extremistas y tanta habilidad por parte de Pedro Sánchez. Por el momento, Rosa Díez nos ha recordado que la nueva ministra de Administraciones Territoriales, la catalana Meritxell Batet, que va a tener un papel muy importante en la negociación con los secesionistas catalanes, votó a favor del “derecho a decidir” en el Congreso en 2013. Y tengo la impresión de que es ella y no Borrell la que llevará la voz cantante sobre Cataluña…
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