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Glutamato monosodico, ¿sabor o salud?

Glutamato monosodico, ¿sabor o salud?
Elisa Escorihuela el

Hoy te hablaré de un aditivo que suele usarse con frecuencia en la industria alimentaria: el glutamato monosódico. El glutamato monosódico también se denomina como aditivo E-621, ajinomoto o sal china, cuya característica principal es que ofrece sabor umami (el quinto sabor) a los alimentos a los cuales se adiciona, potenciando de esta manera el sabor de los mismos. 

El ácido glutámico es un aminoácido presente en alimentos como el queso, las setas, el pollo o el tomate. Siendo en 1908 cuando se aisló el glutamato monosódico y se comercializó (1909) bajo la marca AJi-NO-MOTO®  que significa “la esencia del sabor“. Lo podemos encontrar como aditivo en multitud de alimentos como los precocinados, sopas, snacks y en la comida china, aportando palatabilidad y sabor. 

En cuanto a su seguridad, mucho se ha hablado de él, pues su consumo se ha relacionado durante años a una serie de efectos negativos, como:

  • Migrañas
  • Sudoración
  • Náuseas
  • Enrojecimiento
  • Presión u opresión facial
  • Entumecimiento, hormigueo o ardor en la cara, el cuello y otras áreas
  • Palpitaciones 
  • Dolor en el pecho
  • Debilidad

A este conjunto de síntomas se le conoció como “Síndrome del restaurante chino”.

De hecho, es por esto que el  glutamato monosódico ha sido sometido a diversos estudios en torno a su seguridad, descartando que este pueda tener efectos tóxicos. Aun así, las investigaciones revelan que puede existir un pequeño porcentaje poblacional que desarrolle dichas reacciones a corto plazo.

De los estudios se descartó también que el glutamato monosódico pueda tener efecto cancerígeno o que tuviera efectos sobre la salud reproductiva. No atraviesa la barrera placentaria, ni está presente en la leche materna.

Desde la  Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos, se le clasifica como ingrediente alimentario (generalmente reconocido como seguro, GRAS), sin establecerse dosis diarias admitidas, mientras que Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) lo determina como un aditivo alimentario, el E-621, indicando que la ingesta diaria admisible para la suma de todas las sales de glutamato (E620, E621, E622, E623, E624, E625) es de 30 mg por kilo de peso del consumidor al día, ya que por debajo de esta dosis no existe sintomatología.

Aun así la exposición al glutamato añadido a los alimentos puede ser elevada en algunas personas que incluyen en su dieta alimentos que la contienen. Es por eso que se sigue investigando al respecto.

Si quieres reducir su consumo es sencillo, basta con incluir más alimentos frescos y sin procesar a nuestra cesta de la compra y siempre comprobando el etiquetado nutricional.

Elisa Escorihuela Navarro

Nutricionista y Farmacéutica


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