Si no había bastante con las bebidas azucaradas… ahora surge una nueva alerta, a través de un informe presentado por el Comité Científico de la AESAN, que pone de manifiesto el aumento del consumo de bebidas energéticas en menores de edad y de sus riesgos para la salud.
Sin duda una situación preocupante, ya que lejos de lo inofensivas que pueden llegar a parecer estas bebidas energéticas, a las que muchas veces se ha asociado al ocio y al deporte, presentan un riesgo para la salud, en especial del público infantil.
Según la encuesta ESTUDES, realizada por el Plan Nacional de Drogas, cuatro de cada 10 estudiantes de entre 14 y 18 las había consumido durante el último mes, siendo mayor el consumo en chicos, 49,7% que en chicas, un 31,3%.
Es preocupante además, conocer que además un 16% de los estudiantes de 14 a 18 años consume estas bebidas energéticas en combinación con alcohol (en los últimos 30 días). En este sentido, debemos conocer la peligrosidad de dicha mezcla, ya que los efectos estimulantes del cafeína pueden enmascarar los efectos del alcohol, por lo que se pierde la sensación de embriaguez. De esta manera se suele consumir más alcohol, llegando a producir una intoxicación.
Ante esta situación, se pretende revisar la legislación y normativas en torno a las bebidas energéticas, ya que no existe una regulación en cuanto a los ingredientes que contiene, ni sus concentraciones o posibles combinaciones. Así como informar al consumidor adecuadamente por medio del etiquetado y la publicidad de dichos productos.
Los ingredientes que comúnmente suelen contener estas bebidas energéticas son azúcares y componentes activos como la cafeína en altas concentraciones, ginseng, taurina, guaraná, ginkgo, L-carnitina, vitaminas. Todos ellos, en grandes concentraciones, pueden ser un riesgo para la salud, en especial de los más pequeños de la casa, así como para personas que sufran patologías.
El estudio muestra que aquellas personas que consumen más de 1,4 mg de cafeína por kilo de peso pueden sufrir insomnio, y si esta cantidad aumenta a 3 mg puede presentar riesgo cardiovascular, neurológico, comportamentales y hematológicos.
Además, debemos tener en cuenta el posible riesgo de interacción con medicamentos, ya que estamos hablando de sustancias que tienen principios activos que pueden aumentar o inhibir la acción de medicamentos.
En conclusión, este informe supone un paso más a favor de nuestra salud y transparencia en cuanto a los alimentos que consumimos.
Elisa Escorihuela
Nutricionista y Farmacéutica
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