Durante estas últimas semanas en las que en gran parte de España hemos sufrido una ola de calor, estoy segura que todos y todas hemos tenido cerca un vasito de agua fresca, pero …¿Nos aseguramos de mantenernos hidratados siempre o bebemos únicamente cuando las temperaturas aprietan y tenemos sensación de sed?
La sensación de sed es una de las primeras señales que nos manda el cuerpo para alertarnos del riesgo de deshidratación, riesgo que como todos sabemos, aumenta en los meses de verano con el incremento de temperaturas (porque a más calor, más agua requiere el cuerpo para regular la temperatura corporal a través de la sudoración).
Por lo que, te pregunto: ¿Tenemos claro cómo hidratarnos ahora que auguran que los veranos cada vez serán más calurosos?
Cuando hablamos de una buena hidratación, no solo nos referimos al hecho de beber agua.
Se calcula que un adulto sano debe de beber aproximadamente dos litros diarios de agua, sin embargo, es un dato orientativo porque también va a depender de otros factores como la actividad de cada uno, del ejercicio, de la temperatura corporal, del clima… y de la alimentación, ya que la mayor parte de la composición de los alimentos es agua.
Alimentos como los mencionados a continuación contienen grandes cantidades de agua y además de resultar muy hidratantes, son ricos en vitaminas, minerales, fibra y generalmente poco calóricos.
Entre los más hidratantes destacamos:
Frutas y verduras
Las frutas y verduras encabezan la lista de alimentos más ricos en agua, siendo la sandía y la calabaza hervida las primeras según los datos de la BEDCA.
Se estima que un 90-95% de su composición es agua y además, son muy ricas en fibra, vitaminas y minerales. Cosa que les otorga la cualidad de ser alimentos muy nutritivos que deben de abundar en nuestra alimentación, sobre todo, en la época estival.
Para su consumo, aparte de la fruta y de los vegetales enteros y frescos (Que si de normal apetecen, en verano aún más), podemos optar también por un abanico de recetas para hidratarnos y saciarnos sin que se haga monótona nuestra alimentación:
Ensaladas: Los canónigos, la rúcula y la lechuga son de las hojas que más agua tienen y si las acompañamos de otros vegetales frescos como las espinacas, el apio,el rábano, el pepino que tienen mucha cantidad de agua o incluso con alguna fruta como la piña o la manzana puede ser una forma riquísima de hidratarnos.
Gazpacho, salmorejo o sopas frías: Gracias a que la base de sus ingredientes son hortalizas crudas y agua, se considera una opción genial para hidratarnos y refrescarnos cuando las temperaturas aprietan.
Batidos de fruta o smoothies: Preparados a partir de fruta fresca de temporada y alguna que otra verdura, pueden ser la opción perfecta para meriendas o snacks. Además, podemos añadir hielo picado para que sean más refrescantes y más hidratantes.
Lácteos
La leche también es una buena opción para hidratarnos y como su vaciamiento gástrico es más lento que el del agua, ayuda a mantener la hidratación durante más tiempo a la vez que nos aporta otros nutrientes como el calcio, proteínas y grasas saludables.
Podemos consumirla en forma de batido con frutas y además de una opción perfecta para el desayuno o la merienda será también más nutritiva e hidratante.
Tés fríos, infusiones y aguas de sabores
Si somos de los que se nos hace cuesta arriba beber un vaso de agua, una alternativa quizás más apetecible son las infusiones, tés fríos o aguas de sabores. Eso sí, siempre y cuando las hagamos en casa, las que venden en los supermercados o comercios, suelen llevar azúcares añadidos.
El agua de sabores podemos prepararla en casa con trocitos de fruta o vegetales como mango, frambuesas, arándanos, fresas, limón, hasta rodajas de pepino. También para darle un toque aún más intenso podemos añadir hierbabuena, tomillo y Flor de Jamaica.
Pero en días muy calurosos, para asegurarnos de una buena hidratación no basta solo con beber agua y consumir estos alimentos, también tendremos que evitar todos aquellos alimentos que aumenten nuestra temperatura corporal (como comidas grasas que resultan muy copiosas) o nos deshidraten.
Por ejemplo, por mucho que nos duela, una cervecita fresquita o cualquier bebida que lleve alcohol, por muy apetecible que resulte en estos días deberemos evitarlas porque provocan deshidratación por su gran efecto diurético.
Elisa Escorihuela Navarro
Nutricionista y Farmacéutica
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