A día de hoy a nadie le sorprenderá que el consumo de azúcar se relacione directamente con enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes entre muchas otras más y es que en los últimos años hemos hablado mucho sobre la amenaza que supone para la salud y se han puesto en marcha muchas campañas para reducir su consumo. De hecho, en el año 2016, la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó las recomendaciones reduciendo su consumo de un 10% a un 5% de la ingesta calórica diaria.
No es de extrañar que a raíz de todo este movimiento, el consumo de edulcorantes se haya visto incrementado como una solución dulce a todos los problemas que causa el azúcar y nombres como sacarina, aspartamo, sucralosa… Cada vez nos resulten más familiares. Sin embargo, en los últimos años el edulcorante que se ha ganado un huequecito y cada vez está alcanzando más popularidad es el eritritol.
Seguro que habéis visto muchas recetas en las redes sociales donde aparece este famoso ingrediente, pero ¿Cuál es el motivo por el que ha alcanzado tanta popularidad en poco tiempo? ¿Se trata simplemente de una moda pasajera o ha llegado para quedarse?
El eritritol es un edulcorante natural, si natural, aunque el nombre suene muy raro y artificial, identificado en la legislación de la Unión Europea (UE) como E-968, que pertenece a la familia de los polialcoholes.
Aunque en la actualidad ya se está produciendo a nivel industrial a partir de la fermentación de la glucosa, se puede obtener de forma natural en productos fermentados como la cerveza, o la soja y en algunas frutas como las peras, uvas o sandía.
Es poco lo que tiene que envidiar al azúcar, ya que su poder endulzante es del 70% respecto al 100% del azúcar y además, no participa en el desarrollo de caries, lo cual es otra gran ventaja.
Otras de las propiedades que se le atribuyen a este producto estrella es su escaso valor calórico y su bajo índice glucémico. Aporta 0,24 kcal por cada 100 g, mucho menos que el resto de edulcorantes y tiene un índice glucémico de 1 (siendo la escala de 0 a 100), por lo que no altera los niveles de insulina en sangre y puede considerarse apto para personas con diabetes también. Y por eso también se utiliza muchísimo en la dieta keto.
Además, siempre que su consumo sea moderado, es el edulcorante ideal para aquellas personas que tienen digestiones lentas y pesadas o intolerancia a la fructosa y sorbitol.
Muchos edulcorantes se absorben en el intestino grueso. Allí las bacterias los fermentan dando lugar a ácidos grasos de cadena corta y gases, lo que ocasiona efectos secundarios como hinchazón, flatulencia, diarrea… Sin embargo, en el caso del eritritol la mayor parte (aproximadamente un 90%), se absorbe en el intestino delgado y se excreta por la orina, llegando al intestino grueso únicamente un 10%.
Hoy por hoy, aún es difícil encontrarlo en cualquier supermercado o elegir productos endulzados con el mismo y es que por ahora, es uno de los edulcorantes de mayor precio del mercado, sin embargo, por su dulce sabor y por todas las propiedades que presenta se pronostica una gran expansión a corto plazo.
Te he de confesar que yo no lo he utilizado mucho pero finalmente me he decidido a comprar para hacer distintas pruebas. Así que en breve prometo alguna receta dulce y veremos cómo se comporta este edulcorante.
Elisa Escorihuela Navarro
Nutricionista y Farmacéutica
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