Los mitos y las afirmaciones en cuanto a la alimentación se refiere acaban calando en la población de tal manera que se convierten prácticamente en verdades absolutas que cuesta arrancar de nuestras creencias.
Uno de estos mitos tan arraigados en nuestra cultura gira en torno al melón y la posible indigestión que genera cuando se consume por la noche, por no decir que muchas personas piensan que además engorda.
Tal es esta creencia que en el refranero español podemos encontrar esta expresión: “El melón, por la mañana, oro; por la tarde, plata, y por la noche, mata”.
Y ahora, con el verano y las altas temperaturas que tenemos, nada apetece más que una buena fruta que nos refresque e hidrate.
Pero, ¿realmente es desaconsejable consumir melón por la noche?
Antiguamente se creía que el melón fermentaba en el estómago provocando gases y generando malestar estomacal.
De hecho, muchas personas extienden este mito también a la sandía, evitando de esta manera el consumo de dos frutas que en realidad pueden ser aliados para tu salud. Por no decir que puede pasar que sustituyamos estos alimentos por otros menos saludables como son los helados comerciales, muy ricos en grasas y azúcares que poco aportan a nuestra salud.
La verdad, verdadera… ¡Que no! El melón es una fruta más que recomendable a cualquier hora del día.
Se mire por donde se mire, tanto el melón como la sandía, son dos frutas muy ricas en agua (92,4%) y con una cantidad reducida de azúcares. Esto hace que su aporte calórico sea mínimo, unas 27 Kcal por 100 g de melón, además de poseer gran variedad de nutrientes que lo hacen aconsejable a cualquier hora del día. Podemos destacar la presencia de ácido fólico, betacarotenos, vitamina C y minerales como el fósforo, magnesio, calcio y vitaminas del grupo B.
Estas características hacen que el melón sea una fruta con carácter diurético, por lo que en este caso, podríamos decir que consumir melón por la noche puede ser el causante de que te despiertes para ir al baño, pero no por una indigestión.
También quiero recordarte que otro de los grandes mitos de la alimentación es que la fruta engorda después de las comidas. Olvídalo, entiérralo y procura consumir más fruta a lo largo del día, con ellos conseguirás mantener una correcta hidratación (ya que además de agua la fruta aporta electrolitos y azúcares que hacen que el vaciamiento gástrico del agua sea más lento y nos hidrate más).
Así que no lo dudes… “melón y sandía, a todas las horas del día”.
Este refrán es de cosecha propia 😉
Elisa Escorihuela Navarro
Nutricionista y Farmacéutica
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