Nadie duda de la influencia de la música sobre todo lo que acompaña. La música es un potenciador del sentimiento, sea positivo o negativo. Da fuerza, sentido y ritmo a lo que percibimos. ¿Y por qué cuando estamos tristes nos apetece escuchar melodías lentas y tristes? Ni idea, la verdad. ¿Quizá porque la música melancólica también inspira? Muchos autores han escrito sobre la “Tristeza creativa” y afirman que vivir un estado de melancolía “constituye la base de la mayoría de procesos cognitivos, creativos y artísticos“. Innumerables artistas han parido sus mejores obras en sus épocas más bajas, como el triste Caravaggio, el gran Monet o Beethoven.
Para los que no somos genios ni grandes creadores, la música nos sirve de banda sonora para las cosas cotidianas de la vida. Y da igual lo que hagas; si es con música, probablemente, adquirirá otra forma -y casi siempre para mejor-. Ésa es la sensación que tengo con la campaña que lanzó Bankinter durante el confinamiento y que siguen comunicando hoy en día. Me maravilla la idea de que un banco relativice la importancia del dinero con un storytelling en torno a las personas trabajadoras, construido y acompañado con ilustraciones de billetes de todo el mundo.
Una gran campaña de la agencia Sioux meets Cyrano’s que en mi opinión ha pasado a campañón principalmente por dos razones: La primera, la coherencia y alineación de su mensaje con las acciones que está llevando a cabo el banco. La segunda, y para mí la más importante: La magia de la melodía.
La artista ELE (Elena Iturrieta) ha pasado de ser la voz del primer anuncio a prácticamente encarnar el sentimiento de toda la campaña. Su voz ha hecho surgir emociones a flor de piel hasta incluso trascender del mundo publicitario y copar la cima en las listas de éxitos musicales, siendo nº1 en Shazam o iTunes con ambas canciones. Traspasó todas las barreras. En el famoso aplauso de las 20h a los sanitarios se escuchaba en muchos barrios prácticamente como un himno. Elena recibió regalos, dibujos y muchas cartas. En una de ellas, una chica le contó que uno de los médicos de su hospital se ponía la canción en el coche todos los días al volver a casa. Durante el camino lloraba y contaba que ésta le servía para desahogarse y volver con fuerza al día siguiente.
A nivel más técnico, el primer spot, emitido en pleno confinamiento, quería comunicar un mensaje en medio de la sensación reinante de tristeza e incertidumbre que reinaba en esos momentos. Para ello, de cara a la composición artística, se utilizaron acordes menores porque son más apagados, más profundos, más oscuros, porque vieron que era la forma más acertada de expresar esas sensaciones. Para esta segunda oleada, que cuenta con un foco mucho más esperanzador, se mantuvo la línea pero se utilizaron armonías mayores.
La “Elena profesional”, además de ser una excelente artista y referente de la música soul en nuestro país, también es profesora de inglés por vocación. Trabajo que compagina con la música y todos los viajes que le exigen las giras. La “Elena personal” es admirable, divertida, cercana y humilde. Se merece todos los éxitos. Enhorabuena a Bankinter y Sioux & Cyranos por descubrirla.
*Fotografías cedidas. Autor: Gus Alves
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