Me subo al metro con destino al centro mientras le voy dando vueltas a un tema que me tiene bastante desconcertado.
Hace tres semanas me entrevistaron en Campaign Asia para compartir mi punto de vista sobre el metaverso. Cuando publicaron la nota el martes pasado, la leí y me di cuenta de que el artículo ya estaba desactualizado. Mi opinión había cambiado, así como también había cambiado la posición de META —para el que ya no era una prioridad—, la de la industria y la de todo el espacio tecnológico a su alrededor. Tres semanas fueron suficientes para desterrar una opinión al cementerio de la más absoluta irrelevancia.
Me sentí la portada de un periódico dando una «exclusiva» que ya llevaba horas en Twitter como Trending Topic, o la moneda que acuñó Inglaterra rememorando la victoria de Vernon de una batalla que finalmente perdió, alzando a Blas de Lezo como señor de los mares.
En un alarde de introspección y aprovechando el soporífero balanceo del vagón, cerré los ojos para reflexionar. Tras unos minutos en un estado de duermevela, de repente, mi yo empezó a dialogar con mi ego, al más puro estilo Eckhart Tolle:
—Ya no puedo más.
—¿Cómo?
—Que no, que no puedo. Que me rindo.
—¿Pero qué te ha pasado? ¿Es por el artículo?
—El artículo es solo la punta del iceberg. Estoy totalmente sobrepasado.
—¿A qué te refieres?
—Me refiero a que no puedo gestionar tanta información en tan poco tiempo. Por primera vez en nuestra existencia siento que el mundo se desarrolla más rápido que mi capacidad para asimilarlo. El metaverso, el ChatGPT, Web-5 y la madre que les parió a todos. Es como un déjà vu.
—¿Nos ha pasado antes?
—Claro. ¿No te acuerdas cuando dejamos de leer artículos y empezamos a informarnos solo a base de titulares?
—Pero eso es culpa de los muros de pago que han puesto los grupos editoriales.
—[…]
—Bueno, por eso y porque no teníamos tiempo para profundizar.
—Exacto, igual que con esto.
—¿Sí? No sé, no creo que sea para tanto.
—Solo entre el lunes y el martes, Stanford lanzó Alpaca 7B, OpenAI lanzó GPT4, Anthropic lanzó Claudem, Adept recaudó $350 millones y Google añadió Med-PaLM 2 —un nuevo modelo de lenguaje para medicina— y añadió GenerativeAI a Workspaces.
—No tengo ni idea de lo que me estás hablando.
—Claro, porque nos has acostumbrado a leer las noticias con la indiferencia de un preso. No lo entiendes porque ya es prácticamente imposible para nosotros seguir el ritmo de los avances. Ya no es suficiente con lo que lees tomándote el café o el pódcast que escuchas volviendo casa. Hemos llegado a un punto en el que, para poder estar al día de todas las novedades tecnológicas y de Inteligencia Artificial, necesitaríamos dedicar varias horas al día. Horas que, por cierto, no tenemos.
—Entiendo, ¿y qué vamos a hacer?
—Desarrollar criterio. Ahí está la clave. En un mundo que avanza, crea e inventa a un ritmo descontrolado, tenemos que ser capaces de separar el grano de la paja y centrar nuestra atención en lo que es verdaderamente relevante para nosotros. En lo que podemos aprovechar. Y tengo la idea perfecta para llevarlo a cabo.
—¿Sí? ¿Y cuál es?
—Atención.
—¿Cómo?
—Estación en curva. Al salir, tengan cuidado para no introducir el pie entre coche y andén.
No me lo puedo creer. Me he quedado dormido otra vez.