Hambrientos, con una nao deteriorada y la posibilidad de ser apresados por los portugueses, Elcano y los supervivientes de la nao Victoria llegaron a Cabo Verde para recoger alimentos antes de continuar rumbo a la Península. Cinco siglos después, el buque-escuela Juan Sebastián de Elcano ha fondeado en las mismas aguas, en la Isla de Santiago, frente al puerto de Rio Grande, como lo llamo Fernando Albo en julio de 1522, actual puerto comercial de Praia.
Los vientos de aquella expedición y los actuales se unen de nuevo en el archipiélago caboverdiano. Pero lo que hoy se conmemora como la Primera Vuelta al Mundo, tal vez dependió de una sola decisión. La nao Victoria estaba cerca de las costas de Guinea buscando alimentos sin éxito, solo encontraron manglares. No podían continuar en esas aguas mientras las muertes se acumulaban. Solo había dos opciones: Hacer víveres en Cabo Verde, o seguir hasta España sin parar sabiendo que podrían morir de inanición.
Ante una decisión de tal importancia, el capitán de la Victoria, Juan Sebastián de Elcano decidió someterlo a votación entre sus hombres y la mayoría decidió jugársela e ir a Cabo Verde. El peligro era real, podían ser capturados por los portugueses, que se harían con la nave y todo su cargamento.
Una vez frente a la costa, enviaron un batel (Bote) con 13 hombres para comprar víveres. El primer contacto con los lusos fue muy positivo, escribe Albo que “nos dieron mantenimiento cuanto quisimos´´. Pero al cuarto día el bote no regresó a la nao. La pequeña expedición había intentado pagar con clavo uno de los productos, pero los portugueses se percataron de que esas especias solo podían venir de las Molucas, a pesar de que los españoles les dijeron que venían “de América y no del cabo de Buena Esperanza´´, explica Pigaffeta en su crónica.
Las autoridades de Cabo Verde retuvieron a los trece españoles bajo el argumento de que solo ellos podían descubrir especias. Además, exigían que rindiera la nave, pero Elcano y sus hombres se negaron. El capitán prefería “morir que no ir en manos de portugueses´´, así que huyeron rápidamente rumbo a España.
Cuando los 18 supervivientes llegaron a Sanlúcar de Barrameda, Elcano pidió por carta al rey Carlos I, que hiciera todo lo posible para liberar a los miembros de la expedición que habían quedado atrás. Entre ellos estaba Vasquito, el único niño que sobrevivió al viaje. El emperador envió una misiva al rey de Portugal y 37 días más tarde, nueve de los hombres regresaron a la península, entre ellos Vasquito, el único niño que sobrevivió a los tres años de penurias. Meses después volverían los tres últimos. Sabemos que es muy joven porque fue su madre la que cobró los maravedíes que se le debían por su participación.
La singladura del 94 crucero de Instrucción se detiene en Cabo Verde para recordar lo sucedido aquí hace 500 años. Por eso se han organizado conferencias, la inauguración de una placa conmemorativa y otras actividades en las que participará el buque-escuela. La gesta empezó siendo una expedición española que buscaba un paso por el oeste hacia las islas de la Especiería. El objetivo se cumplió, llegaron a las islas Molucas tras dos años y medio de navegación, pero Elcano decidió continuar hacia el oeste, consiguiendo así ser el primero en completar la redondez del mundo.
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