ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs A bordo del J. S. Elcano por Gonzalo Jiménez Tapia

«El comandante es la cabeza visible […], pero sin las otras personas que trabajan mucho, mi labor no serviría para nada»

«El comandante es la cabeza visible […], pero sin las otras personas que trabajan mucho, mi labor no serviría para nada»
Discurso del comandante frente a la muralla de Saint-Malo (Francia) durante el acto conmemorativo de los marinos franceses que participaron en la expedición de Magallanes-Elcano. Fuente: Gonzalo Jiménez Tapia
Gonzalo Jiménez Tapia el

Manuel García Ruiz, 51 años, cartagenero. Hace un año ascendió a Capitán de Navío y tomó el relevo a su antecesor como nuevo Comandante del Buque-Escuela Juan Sebastián de Elcano, de la Armada.

En sus 30 años de servicio, ha estado al mando de varios buques, como el patrullero Bergantín, el cazaminas Sella y la fragata Álvaro de Bazán. Además, su último destino fue en la Sección de Planes Estratégicos de la División de Planes. Es Diplomado de Estado Mayor (CEMFAS), Oficial de Acción Táctica (TAO) y especialista en comunicaciones, entre otros cursos. Además, tiene una Diplomatura en Historia y Geografía y es licenciado en Historia.

Me recibe en su despacho, ubicado en la zona de estribor de la popa, donde conversamos sobre la Primera Vuelta al Mundo, ciclismo y cómo ha trascurrido el 94 Crucero de Instrucción que acaba de finalizar, tras poco más de cinco meses recorriendo el mundo. Aunque mi primera pregunta es sobre la conmemoración de una gesta que sucedió hace 500 años…

¿Cuál es el balance del buque en la misión de divulgar la figura de Elcano en el último crucero de instrucción que conmemora la Primera Vuelta al Mundo?

Se ha conseguido mejorar mucho con respecto a lo que se conocía previamente. Tanto la figura de Juan Sebastián de Elcano como la gesta de la Primera Vuelta al Mundo eran muy desconocidas era muy desconocidas por la gente, no solo de España, sino a nivel mundial.

Debido a la pandemia que hemos sufrido no se pudieron aprovechar suficientemente todas las oportunidades de comunicación. Pero este año, ha sido bastante intenso y se ha podido dar mucha mayor visibilidad a la hazaña y a la conmemoración del V centenario.

Quiero aclarar que una de nuestras misiones fundamentales, y mi objetivo personal, es dar a conocer la figura de Juan Sebastián de Elcano, sin desprestigiar a Magallanes. Para dejar claro que fue Elcano el que circunnavegó la Tierra por primera vez y no Francis Drake o Magallanes, como se sigue pensando en otros países.

El comandante en la cámara de Guardiamarinas durante la retransmisión en directo del Partidazo de COPE, junto a Juanma Castaño. Fuente: Gonzalo  Jiménez Tapia

Elcano está unido no solo en el nombre a este buque, también en la tradición y el honor que demuestran los miembros de la Armada ¿Cuánto queda de aquellos valores que defendió la expedición de la Primera Vuelta al Mundo?

Queda muchísimo. Uno de los objetivos que tenemos dentro de la Armada, y el buque-escuela intenta potenciarlos, es transmitir a los oficiales – y todo el personal –, unos valores de espíritu de sacrificio, esfuerzo, lealtad, compañerismo, camaradería. Todos esos valores son inherentes a un oficial de la Armada, y en el buque-escuela intentamos que Juan Sebastián de Elcano sea un espejo en el cual se han de reflejar los Guardiamarinas.

En el buque-escuela intentamos que Juan Sebastián de Elcano sea un espejo en el cual se han de reflejar los Guardiamarinas

Es parte de su formación a bordo. Han pasado ya cinco meses desde que el buque iniciara su misión ¿Qué valoración como comandante hace del curso académico de los alumnos?

Como primera misión, y permanente, que es la formación de los Guardiamarinas, nos marcamos el objetivo de que sean mejores marinos y adquieran las destrezas y conocimientos necesarios para desempeñar sus futuras funciones como oficiales de la Armada.

Este año, además, tuvimos la dificultad de que esta promoción, debido a las consecuencias de la Covid-19, habían tenido menos adiestramientos a flote que otras promociones. Entonces, tratamos desde un primer momento de potenciar ese adiestramiento a flote para que tuviesen esos conocimientos necesarios. Y creemos que lo hemos conseguido.

Usted dijo hace cinco meses que esperaba que esta navegación fuese «más cercana a lo que ha sido siempre un crucero de instrucción» ¿Cree que se ha conseguido acercar a lo que era tradicionalmente Elcano?

Sí. El viaje en la mar no suponía ningún problema, hubiese o no Covid, porque el adiestramiento navegando se podía realizar exactamente igual que el año anterior. Ahora bien, la dificultad venía dada a la hora de hacer las escalas, porque se perdía la parte de embajada flotante que tiene Elcano al no poder realizar actividades en tierra ni visitas al buque.

Este año, tomando todas las medidas necesarias, especialmente en los primeros puertos, donde la incidencia de covid era todavía alta, pudimos, poco a poco, ir abriendo la mano. Hasta el punto de que, con ciertas limitaciones que seguimos manteniendo, en las últimas escalas la estancia ha sido prácticamente como en un puerto normal.

Por ejemplo, durante el crucero estaba prohibido el ocio nocturno, no se podía ir en trasporte público, se limitó mucho el acceso a los interiores del barco para las visitas. Nada que ver con el principio del crucero, cuando debíamos salir con mascarilla a muchos de los puertos.

¿Cuál ha sido el mayor reto en su primer año como comandante de Elcano?

Es cierto que es diferente al resto de mandos, pero sigue siendo un barco de guerra. Por lo tanto, hay ciertos aspectos que no varían de un barco de guerra a otro, como puede ser la organización, el trato, el régimen del día a día. Todo eso se mantiene, no varía.

En este barco, el reto principal era el bienestar de la dotación. Por una parte, me preocupaba mucho la moral de la dotación que había dado la vuelta el mundo el año anterior, en unas condiciones duras. No quería que sufriesen consecuencias negativas y creo que se ha conseguido.

El otro reto era, desde el principio, las dos misiones permanentes que tiene Elcano: adiestrar a los guardiamarinas y actuar como embajada flotante. Al cual añadíamos el dar a conocer la conmemoración del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo, que se puede asociar un poco a los actos de embajada flotante. Pero en esta ocasión era fundamental para nosotros para poder aprovecharlo porque es el último año que estamos conmemorándolo.

Por Elcano han pasado numerosas promociones de guardiamarinas, entre ellas la suya ¿Cómo ha sido para usted regresar?

Es una sensación muy diferente. Vuelves a un sitio donde ya has estado, pero en mi caso habían pasado 30 años desde que estuve como guardiamarina. Había vuelto alguna vez por motivos de trabajo, pero sin navegar.

Me ha sorprendido entrar a sitios que estaban vedados para guardiamarinas, como puede ser este espacio [El despacho del comandante], que no lo conocía. Después, me quedo con el cariño con el que nos han recibido y despedido en los puertos nacionales e internacionales. Y poniéndome sentimental, me quedo con Cartagena, porque soy cartagenero y pude ver a mi familia.

El comandante se despide de los guardiamarinas que finalizan su crucero a bordo, tras el atraque de Elcano en la Escuela Naval Militar (Marín) el 12 de julio. Fuente: Gonzalo Jiménez Tapia

¿Cómo es la vida del Comandante a bordo?

Pensaba que iba a estar mucho más tranquilo, pero no. Es muy exigente. En los puertos es muy demandante en cuanto a tiempo, hay una gran cantidad de actividades y el tiempo libre prácticamente no existe. Pero es mi función, como comandante, representar al buque para la Armada y para España.

Navegando tenemos, por una parte, que combinar las tareas, actividades y obligaciones como comandante de un buque, que son muchas en la mar. A esas han que añadirle todas las tareas académicas que implican a los guardiamarinas: conferencias, breafings, maniobras generales, etc.

Una tarea que exige mucha dedicación y coordinación es la de preparar las actividades de los puertos. Permanentemente he estado en contacto con agregados o comandantes navales de las diferentes escalas que íbamos a visitar para coordinar todas las actividades. Siempre teníamos que ir varios pasos por delante y estábamos preparando tres o cuatro puertos al mismo tiempo. Para ello, he tenido siempre la ayuda inestimable de un grupo de oficiales del barco con los que discutíamos cómo poder realizar esas actividades.

Un barco no hay que pensar que es solo el comandante. El comandante es la cabeza visible que dirige y da una serie de directrices, pero sin las otras personas que trabajan mucho mi labor no serviría prácticamente para nada.

La bicicleta está puesta en el fumador del comandante, que era donde antiguamente el comandante podía ir a fumar, porque en estos barcos era un peligro fumar a bordo en cualquier sitio

Cuando no está trabajando ¿A qué dedica su poco tiempo libre?

He intentado casi siempre hacer deporte todos los días porque me gusta y me relaja mucho. Todos los días trataba de hacer media hora de bicicleta estática y media hora corriendo. Por las noches, si el movimiento lo permitía solía quedarme a leer un libro.

Bueno, la bicicleta es famosa en el barco siempre que hay visitas

¡Y en el mundo! Lo primero que ven los niños pequeños al asomarse al fumador del comandante es la bicicleta.

Y no lleva 94 años a bordo del barco…

No, no. La bicicleta está puesta en el fumador del comandante, que era donde antiguamente el comandante podía ir a fumar, porque en estos barcos era un peligro fumar a bordo en cualquier sitio. Yo lo he convertido en un mini gimnasio en el que tengo la bicicleta con un rodillo y hago deporte allí.

Usted pasará dos años como comandante de Elcano ¿Cuál va a ser el mayor recuerdo que mantendrá de este destino?

Creo que, como cualquier otro barco, el mayor recuerdo que te puedes llevar es que pasen los años y la gente con la que has estado siga en contacto contigo y recordándote. Le dije a los Guardiamarinas y a toda la dotación que mi máxima en el barco es que tenían que trabajar mucho, estudiar mucho y disfrutar mucho. Si eso se hace así, al cabo del tiempo, el recuerdo que tienes del barco y tu periplo aquí será bueno.

Por mi parte, quiero agradecerle la conversación y aprovechar esta última entrevista para mostrarle mi gratitud, Comandante. Porque sin usted no hubiese sido posible embarcar a un periodista en su casa – y la de su dotación – durante toda la travesía. Me he sentido muy arropado tanto por usted, como por su segundo y tercer comandante. Siguiendo sus palabras, recordaré lo aprendido, que es mucho; y la aventura vivida, que es única en el mundo. Pero, sobre todo, a las personas con la que compartí Elcano durante cinco meses.

Diario de a bordo
Gonzalo Jiménez Tapia el

Entradas más recientes