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Blogs A bordo del J. S. Elcano por Gonzalo Jiménez Tapia

Así son las guardias en puerto de 24 horas del Juan Sebastián de Elcano

Los oficiales evalúan el trabajo realizado por los guardiamarinas durante la guardia de puerto como parte de su formación a bordo del buque-escuela

Así son las guardias en puerto de 24 horas del Juan Sebastián de Elcano
Gonzalo Jiménez Tapia el

El Pireo, Civitavecchia, Barcelona, Cartagena, Praia, San Juan, La Habana y Miami son todos puertos por los que ha pasado el Juan Sebastián de Elcano en los tres primeros meses de su crucero de instrucción. En cada uno se han organizado diferentes actos y actividades, pero existe un elemento que nunca cambia: siempre se hacen guardias, como cuando se navega.

Son las guardias de puerto y de mar. Ambas se diferencian, además de lo evidente que indica su nombre, por el tiempo: las de puerto duran 24 horas, las que se realizan navegando a bordo del buque-escuela son de cuatro horas – aunque tienen dos periodos reducidos para comer de dos horas, de 12:00 a 2:00 y de 14:00 a 16:00 de la tarde –, a diferencia de otros buques de la Armada. Se planeó así para favorecer el aprendizaje de los guardiamarinas y el descanso ante el trabajo que supone gobernar y mantener a punto un buque de velas.

Guardia militar formada en toldilla durante la maniobra de atraque. Fuente: Gonzalo Jiménez Tapia

Las guardias de puerto poseen otros retos alejados de la mar, como es el de aportar seguridad al buque y recibir a los compatriotas y oriundos que quieran conocer el bergantín-goleta por dentro. Son las nueve de la mañana, en la cubierta de popa (toldilla) está formada la guardia militar con sus HK-G36 al hombro vestida de tropical modalidad diario C, es decir: de blanco, pantalón largo y camisa corta. Los marineros llevan el paño azul y el Lepanto sobre la cabeza además de los zapatos negros, los suboficiales la gorra de plato y zapatos blancos, al igual que el oficial que también porta el sable y colgado del cuello la gola, la semiluna de oro – no es oro de verdad –, como indicativo de que es el comandante de la guardia de ese día; es decir, un alférez o tenientes de navío que representa al comandante cuando éste no está. Es el que dirige la vigilancia.

Con un paso marcial el guardiamarina se separa de la pequeña formación y se acerca a su compañero para realizar el cambio de guardia: le da la novedad de lo sucedido y ordena disolver la formación. Cada miembro de la guardia saliente intercambia su puesto con el de la entrante y empieza de nuevo la rueda de 24 horas, hasta las nueve de la mañana del día siguiente. Pero Elcano es un buque-escuela, en las guardias participan los guardiamarinas, que están ahora en la fase de responsabilidad; es decir, son capaces de tomar diferentes decisiones supervisados por un oficial. Por eso uno de los guardiamarinas es el comandante de la guardia auxiliar. Por lo tanto, cuando un visitante sube al buque verá, además del comandante de la guardia militar, a un oficial comandante de la guardia y a un guardiamarina auxiliar; tres oficiales con tres golas al cuello.

El Juan Sebastián de Elcano atracado en Barcelona. Fuente: Gonzalo Jiménez Tapia

Durante toda la recalada en el puerto el equipo de unos treinta miembros, entre guardiamarinas, oficiales, suboficiales y marinería que esté de guardia, debe hacer frente a la supervisión del avituallamiento de víveres, combustible, reparaciones mecánicas, etc. Mientras el oficial supervisa los trabajos para que se cumpla según los horarios y los reglamentos. Al estar atracado, la guardia militar es la encargada de garantizar la seguridad e integridad del buque frente a posibles amenazas externas; aunque en este crucero los puertos son poco conflictivos, en Miami se pusieron todas las precauciones para evitar que se accediera a el bergantín-goleta – una embajada flotante – con armas de fuego, frecuentes en Estados Unidos.

Estos requisitos no limitan la función de cara al público, que adquiere una importancia excepcional al tratarse de un buque destinado a representar a España allá por donde navegue. Lo primero que aprecia el visitante al acceder es a la guardia militar del portalón de acceso y los guardiamarinas son los encargados de enseñar y guiar a las personas la cubierta y las diversas secciones del Juan Sebastián de Elcano. Como parte de su adiestramiento, el oficial al mando realiza una valoración final de cada guardiamarina que le ha acompañado en su guarida teniendo en cuenta sus dotes de mando, la iniciativa mostrada para resolver alguna incidencia, la actitud con el público y la responsabilidad del futuro oficial durante la vigilancia completa.

Diario de a bordo
Gonzalo Jiménez Tapia el

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