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Si quieres mejorar tu memoria, échate a dormir

Una siesta a mitad del estudio puede ser más eficaz que seguir repasando

Si quieres mejorar tu memoria, échate a dormir
Cátedra en Neurociencia el

Por Carlos Carrera Cañas, alumno del máster en Neurociencia de la UAM

Los días previos a un examen importante, con la presión encima, los alumnos suelen dedicar mucho tiempo a estudiar para conseguir buenos resultados, empleando para ello incluso buena parte del tiempo que deberían dedicar al descanso. Sin embargo, dormir una hora de siesta por la tarde, a mitad del estudio, puede ser más beneficioso a largo plazo para la memoria que hacer un descanso sin dormir e incluso que seguir repasando, según una investigación del Centro de Neurociencia Cognitiva de Singapur publicado en la prestigiosa revista “Sleep”.

Son muchas las investigaciones que avalan los beneficios de la siesta, pero hasta ahora no se había reparado en su posible uso como “sustituto” del repaso intensivo. Repasar continuamente conceptos durante el estudio es clave para la memoria, ya que facilita que se asienten, y por tanto que se recuerden posteriormente los conocimientos adquiridos. Sin embargo, el efecto a largo plazo de un atracón de conocimientos no es tan duradero como el que se obtiene con una siesta a mitad del estudio.

Al menos eso es lo que se deduce de un9 trabajo publicado en Sleep, llevado a cabo con 90 estudiantes de la Universidad Nacional de Singapur. Los participantes fueron divididos equitativamente en 3 grupos que memorizaron la misma información sobre seis especies diferentes de hormigas y de cangrejos. Uno de los grupos estudió aproximadamente 5 horas sin descanso, otro grupo realizó un descanso para ver una película a mitad del estudio, y el tercer grupo dedicó el tiempo de descanso a echarse la siesta.

Tras completar el periodo de memorización los participantes en el estudio fueron evaluados a la media hora. Tanto el grupo que se echaba la siesta como el que no paraba de estudiar recordaban mejor lo que habían aprendido que los que habían hecho un descanso para ver una película. Sin embargo, cuando se examinaron los conocimientos una semana después, quienes habían echado una cabezadita a mitad del estudio obtuvieron las mejores puntuaciones. Aunque los resultados de la investigación no fueron completamente definitorios, todo apunta a que los beneficios de una siesta pueden ser aún mejores que los del repaso solo.

El uso de la siesta como herramienta para aumentar el rendimiento académico ha recibido poca atención a pesar de constituir una forma barata y efectiva de fortalecer la memoria a largo plazo. Sin embargo, como se deduce de este estudio, una siesta de una hora a media tarde, entre los periodos de aprendizaje puede ser un medio viable para mejorar la retención de conocimiento a largo plazo.

“Junto con los hallazgos de que las siestas pueden aliviar los déficits en el estado de ánimo y la cognición asociados con el sueño insuficiente, hay un evidencia creciente para que las instituciones educativas adopten la siesta para promover el aprendizaje y el bienestar“, resaltan los investigadores de Singapur.


Dormir es clave para la memoria

El sueño facilita la consolidación de conceptos, afianzando así los conocimientos adquiridos durante el estudio. En este proceso es importante la participación de los circuitos neuronales que conectan el hipocampo y la corteza cerebral, dos estructuras del cerebro relacionadas con el almacenamiento y la recuperación de los recuerdos. Además, en función del tipo de memoria se verán involucrados diferentes áreas cerebrales así como distintas etapas del sueño.


 

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