ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs Ventana al cerebro por Cátedra en Neurociencia

Joaquín Fuster: «El cerebro es libre, nosotros no»

Profesor emérito de Psiquiatría de UCLA y autor del libro «El telar mágico de la mente», acaba de ingresar en la Real Academia de Ciencias

Joaquín Fuster: «El cerebro es libre, nosotros no»
Cátedra en Neurociencia el

Por Marta Caamaño, Alumna del Máster de Neurociencia de la UAM

Al profesor Fuster le gusta definirse como un individuo que nació en España, dentro de una familia de médicos que, a pesar de las circunstancias adversas en su propio país, encontró un hueco entre los estudiantes de la ciencia en el país que creyó mejor equipado para ello. Con ello, se convirtió en un investigador «fetén». También se define como padre de familia, muy afortunado, y con una esposa a la que admira. Tiene muy presente la institución que le brindó la oportunidad (UCLA), la historia y los intereses de la humanidad en la que aún sigue teniendo fe. Se siente con la obligación social y humana de ayudar a todos aquellos que han tenido el interés, la ambición y el entusiasmo para seguir alguno de sus pasos.

¿Qué le motivó a publicar su biografía?

Mi biografía es como una trenza donde hay tres haces que se entraman y forman un continuo. Una es mi biografía personal, la otra es mi biografía científica y luego está la línea histórica de la neurociencia cognitiva. Esto es el armazón de mi libro. Pero claro, al hacerlo no pensé solo en hablar con lenguaje científico, porque quería atraer a la gente que le interesase el tema, aunque no sean profesionales y a la gente joven. Quería hacerlo sabroso, y al mismo tiempo no demasiado técnico o específico.

¿A qué hace referencia al título del libro “El telar mágico de la mente”?

El título viene de Sherrington, que decía e intuía lo que ocurría en el cerebro, cuando se despiertan las memorias. Él dice que es como la Vía Láctea que, de repente empieza a centellear y aparece lo que llama, la obra de un “telar encantado”, donde miles de lanzaderas van de un lado a otro y forman el tejido de la mente y la memoria. Es decir, que la expresión el “telar mágico” está en realidad sacada de Sherrington. Esta idea del telar me llevó, a lo largo de muchos años, a la idea de la red cognitiva. La red cognitiva es una tela y se forma a base de asociaciones entre neuronas.

Habla de memoria del futuro, ¿cómo podemos tener memoria de algo que aún no ha ocurrido?

La corteza prefrontal no es solo el director de orquesta sino el compositor de la sinfonía. De ahí viene la idea de la “memoria del futuro”. Es esencialmente parte de la naturaleza humana, ningún animal la tiene. Un humano puede proyectar al futuro la memoria que ya tiene. La memoria del futuro no es más que la memoria vieja puesta al día y preparada para algo en el futuro.

¿El olvido tiene un papel en la memoria?

Si tiene un papel. Me recuerda a una frase “la felicidad está en una buena salud, mucho dinero y mala memoria”, se refería al papel que tiene el olvido en la supresión de traumas psicológicos que alteran nuestra vida normal. El olvido es importante para ello, pero la utilización de la memoria rige los mismos principios. Cuando memorias que son semejantes o ambiguas interfieren con la memoria que nos interesa recordar o retener, allí también trabaja el olvido y en la inhibición de lo que no es relevante en ese momento.

Los humanos tenemos libre albedrío. ¿Los animales también o sólo se guían por instintos?

No tienen libre albedrío, tienen la capacidad de seleccionar hasta cierto punto. El libre albedrío es la capacidad de elegir entre acciones alternativas y, además, la capacidad de elegir entre informaciones que van a dirigir y ordenar aquellas acciones. Lo que tienen es un cerebro capaz de elegir entre distintas presas, pero no tienen la flexibilidad del humano. Esto lleva al argumento de que toda nuestra conducta está determinada, ya desde el nacimiento todo está determinado por los genes… En realidad, lo que es libre de elegir no es un yo consciente necesariamente, sino un cerebro. Entonces, el cerebro es libre, no nosotros.

¿Existe un límite de capacidad para almacenar memorias? 

Potencialmente las memorias son ilimitadas, son infinitas.

La capacidad de combinación entre 20 o 30 mil millones de neuronas es prácticamente infinita desde el punto de vista matemático.

Pueden formarse asociaciones infinitas entre todas estas neuronas, hay limitaciones de espacio y hay limitaciones de tiempo.

Esas limitaciones requieren un mecanismo universal en el sistema nervioso que a niveles altos de nuestra mente requiere atención.

¿Cómo funciona la atención? 

Cuando atendemos a una cosa, inhibimos lo demás para no distraernos. Tiene dos elementos, uno inclusivo que es el foco de la atención. El otro es el excluyente, inhibir lo que no viene al caso. Por eso, los niños que tienen TDAH (Trastorno de déficit de atención e hiperactividad) tiene tantos problemas aprendiendo, porque no pueden focalizar la atención, se distraen con cualquier cosa, se mueven todo el tiempo y vuelven locos a los maestros y a los padres. Se debe a un retraso en la maduración de la corteza prefrontal que es la última que se desarrolla. Esto se subsana con el tiempo en la mayoría de los casos, porque va madurando la corteza prefrontal y pueden llegar a alcanzar una vida perfectamente normal. En algunos casos, los trastornos duran años, pero raramente desarrollan psicosis o enfermedades mentales.

¿La falta de sueño se relaciona con problemas en la atención?

El sueño es fundamental para el reposo y para que el cerebro descanse y pueda recobrar energía con el despertar. La falta de sueño también tiene otro problema y es que, durante el sueño, ciertos mecanismos relacionados con la actividad cognitiva siguen funcionando como son la adquisición y consolidación de la memoria. Es decir, que otras funciones cognitivas pueden sufrir.

 

Está muy extendida la creencia de que solo usamos un 10% de nuestro cerebro. ¿Qué opina sobre ella?

Lo he puesto dentro de la categoría de las paparruchas.

De modo general puede decirse que es verdad, que no lo usamos todo, que hay células que no se han usado nunca y podrían utilizarse. Teóricamente es plausible, pero esto no quiere decir que este contingente de células sea un 10-20% nadie lo sabe porque nos faltan datos para saberlo.

¿Le ha quedado alguna espinita en su vida profesional?

No era una espinita, sino todo un zarzal. Como dice mi libro, antes de estudiar medicina y el cerebro, a mí me interesaban las telecomunicaciones. Sin embargo, al final acabé estudiando telecomunicaciones en el cerebro.

Entrevistas

Tags

Cátedra en Neurociencia el

Entradas más recientes