La reparación del cazaminas Turia (M-34) de la Armada Española, averiado tras encallar hace un año contra un lecho rocoso en la Manga del Mar Menor, se encuentra «aún pendiente de aprobación por parte del Consejo de Ministros», según fuentes conocedoras de su situación.
Acordada la orden de ejecución con Navantia, en cuyos astilleros de Cartagena se encuentra el buque, se espera aún ese último trámite antes de abordar la compleja reparación, que se centrará principalmente en la reparación de su casco de fibra de vidrio.
Se da la circunstancia de que el 5 de marzo, una semana antes de comenzar la pandemia del Covid-19, la Armada Española anunció en un comunicado el visto bueno del Gobierno para llevar a cabo los trabajos presupuestados en 25 millones de euros:
«La decisión ha sido tomada una vez ratificada la viabilidad técnica de la reparación y que ésta tenga un coste de aproximadamente 25 millones de euros, cantidad sensiblemente menor a la que supondría la adquisición de uno nuevo. Las obras comenzarán en el segundo semestre del año en curso».
Las mismas fuentes consultadas informan de que la pandemia no ha alterado el previsible calendario de reparación y esperan iniciar los trabajos de reparación durante el último trimestre del año, «con una duración estimada de 24 meses».
Además de los destrozos evidentes en el casco, la sala de máquinas del Turia se hundió parcialmente, dañando parte de los motores y el sistema eléctrico. La hélice, que chocó contra el lecho rocoso de la playa del Banco del Tabal, sufrió daños, la quilla y los estabilizadores también sufrieron destrozos.