La Armada recibe el visto bueno para reparar el cazaminas Turia por 25 millones de euros

La Armada Española ya tiene la «luz verde» del Ministerio de Defensa para acometer la compleja reparación del cazaminas M-34 Turia, cuyo casco de fibra de vidrio quedó deteriorado tras chocar contra el lecho rocoso de la playa del Banco del Tabal, en la Manga del Mar Menor.

Hay que recordar que el cazaminas Turia tuvo el percance cuando llevaba a cabo una misión para recuperar el cuerpo sin vida del comandante Francisco Marín, fallecido el 26 de agosto tras un accidente con su avión C-101 en la Manga del Mar Menor.

Finalmente se ha aprobado un presupuesto equilibrado para acometer la reparación en el astillero de Navantia en Cartagena «contando con el apoyo de empresas especializadas en cascos de fibra de vidrio», informó la Armada Española en un comunicado.

«La decisión ha sido tomada una vez ratificada la viabilidad técnica de la reparación y que ésta tenga un coste de aproximadamente 25 millones de euros, cantidad sensiblemente menor a la que supondría la adquisición de uno nuevo. Las obras comenzarán en el segundo semestre del año en curso», informan.

Además de los destrozos evidentes en el casco, la sala de máquinas del Turia se hundió parcialmente, dañando parte  de los motores y el sistema eléctrico. La hélice, que chocó contra el lecho rocoso, la quilla y los estabilizadores también sufrieron destrozos.

«La Armada siempre consideró necesario mantener el número de cazaminas con los que contaba, por tratarse del mínimo imprescindible para realizar las misiones que tiene asignada la Fuerza de Medidas Contra Minas, de alto interés estratégico para la defensa de nuestros puertos», concluye el comunicado.

Precisamente, el accidente del Turia dejó en cinco buques la flota de cazaminas en la Armada Española: al accidentado Turia hay que sumar el Sella, Segura, el Tambre, el Duero y el Tajo.

Estos buques forman parte de la 1ª Escuadrilla de Medidas Contra Minas, con base en Cartagena. Los seis buques fueron construidos en dos series en los astilleros de Navantia en Cartagena. A la primera serie pertenecen cuatro cazaminas (Segura, Sella, Tambre y Turia) y dos a la segunda (Duero y Tajo). El primero fue entregado a la Armada en 1999 mientras que el último en 2005.

«Son buques construidos en plástico reforzado con fibra de vidrio (PRFV), lo que les proporciona una reducida firma magnética a la vez que una gran resistencia al choque producido por las explosiones submarinas. Su sistema de combate es de fabricación íntegramente nacional y es de destacar su discreción magneto-acústica. La maniobrabilidad de estos buques es excelente gracias a sus propulsores Voith Schneider y a su sistema de posicionamiento dinámico».

Para las operaciones de caza y de contraminado, los cazaminas disponen del Sónar de Profundidad Variable (VDS) AN/ SQQ-32 (Sp) y los vehículos por control remoto «Pluto Plus» y «Minesniper». Precisamente un problema  con el «Pluto Plus» provocó el accidente  del Turia.