Dos buques de la Armada Española desplegados en el exterior –el BAM Audaz (P-45) y el BIO Hespérides (A-33)– se han visto obligados a poner rumbo a España antes de lo previsto por la crisis del coronavirus. Eso sí, en ninguno de ellos hay casos de militares contagiados por el Covid-19.
El Audaz, que estaba realizando una misión por países de África occidental hasta el 31 de julio, tiene previsto llegar a su base en Cartagena el 14 de abril. En una conversación telefónica con ABC, su comandante, el capitán de corbeta Santiago Santamaría, explica las dificultades logísticas que estaban teniendo para poder reponer combustible y víveres «por las fuertes restricciones que los países de África estaban poniendo al atraque de buques, ya que la pandemia se está empezando a expandir por la zona». Esta razón, y la posterior evolución de la pandemia en África, ha determinado la decisión de la Armada Española.
Un ataque pirata en Nigeria
En algún lugar del Atlántico al sur de Senegal, el comandante del Audaz informa que los 71 miembros de la dotación se encuentran en óptimas condiciones. Con la preocupación lógica por los familiares que se encuentran en España. Sobre su misión, nos detalla que cerca de Lagos (Nigeria) socorrieron a un buque de una petrolera española que sufrió un ataque pirata. Tras su intervención, pudieron librarse del hostigamiento y continuar con su trayecto hacia Japón, donde se dirigía.
El buque de investigación oceanográfica Hespérides, que ha desarrollado su XXV campaña en la Antártida, regresará a la base de Cartagena el próximo 22 de abril cuando incialmente su regreso estaba previsto para el 17 de junio. «La última vez que alguien de la dotación del Hespérides pisó tierra en puerto fue el 11 de marzo en Punta Arenas (Chile). Desde entonces, estamos aislados a bordo», relata su comandante, el capitán de fragata Emilio Regodón.
Este buque se encontraba ayer remontando Brasil, a la altura de Salvador de Bahía.
«Aplicamos exigentes protocolos sanitarios tanto en la escala de Ushuaia (Argentina) como en Montevideo (Uruguay). Nadie bajó del ni subió al barco. A los prácticos de puerto los tratamos como positivos confirmados. Y todo el material y víveres que hemos embarcado en esos puertos han sido descontaminados», destaca su comandante entre las medidas preventivas para evitar contagios en sus 56 marinos.
El Hespérides se perderá una parte de su misión que iba a desarrollar en aguas cercanas a Canarias, ya de vuelta. Su principal propósito en la Antártida
Además de estos dos buques, otros dos desarrollan misiones militares en el exterior en estos momentos: la fragata Numancia (F-83), en aguas del Índico con la Operación Atalanta y el buque escuela Juan Sebastián de Elcano (A-71).
El primero no ha cambiado de planes por el momento, regresará el 15 de junio a su base de Rota (Cádiz). Su comandante, el capitán de fragata José María Seijo, destaca que se han extremado las medidas de seguridad en puerto y el procedimiento de repostaje y subida al barco de víveres. Además, los 199 miembros de su dotación tienen prohibido ya salirse de una zona específica señalada en los puertos donde atracan. El objetivo es evitar cualquier contagio. Ahora se encuentra navegando en aguas cercanas a Mogadiscio (Somalia).
Por su parte, el buque escuela Juan Sebastián de Elcano se encontraba ya en la fase final de su crucero de instrucción y regresará a su base de La Carraca en San Fernando (Cádiz) a mediados de abril, tal y como estaba previsto.
Tan solo tuvo que cambiar los planes en su escala en Miami (15 de marzo) donde todos los actos institucionales fueron cancelados. «El buque acortó en tres días su estancia en Miami y salió a la mar antes de lo previsto», detalla a ABC su comandante, el capitán de navío Santiago de Colsa.
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