La cumbre de ministros de Exteriores de la OTAN de este martes se centrará en las medidas para reforzar la seguridad y defensa de los países de Europa del Este: de hecho se aprobará una fuerza provisional de despliegue rápido a la que contribuyen Alemania, Noruega y Holanda (un “batallón de prueba” de unos 300-1.200 militares) ante cualquier amenaza proveniente de Rusia.
También se hablará de Afganistán y la nueva etapa que se abre en enero con la misión “Resolute Support” (Apoyo Decidido) que cuenta ya con la aprobación del Gobierno del nuevo presidente afgano, Mohamed Ashraf Ghani, quien ha venido a Bruselas acompañado de su otrora enemigo político y jefe ejecutivo del Gobierno, Abdulá Abdulá, con el propósito de transmitir una imagen de unidad.
Ucrania, cómo no, también será protagonista de la jornada ministerial, a la que asiste José Manuel García-Margallo. En concreto, se negociará la puesta en marcha de cuatro fondos fiduciarios (dinero o asistencia) relacionados con la asistencia a su Defensa en logística, mando y control, ciberdefensa y comunicaciones estratégicas.
Además oiremos medidas de colaboración con dos países que, no siendo miembros de la Alianza, sí son socios (hay unos 40): Georgia y Jordania. Es decir, se aumentará la colaboración asistencial de la OTAN hacia estos dos países. El primero encuadrado en la asociación de países euro-atlántica y el segundo en el diálogo Mediterráneo.
Además, y fuera de la agenda de la OTAN (esto lo subrayan las fuentes de la Alianza Atlántica consultadas), EE.UU. aprovechará la cita para el miércoles tener un primer gran encuentro con la alianza contra el Estado Islámico forjada en estos últimos tres meses por el Gobierno estadounidense. Unos sesenta países y organizaciones la conforman. Aquí, el listado que ofrece Washington.
Pero habrá un tema que, si bien no está en la agenda de los ministros, sí estará en sus preocupaciones, tal y como ayer recordó el representante permanente de EE.UU. ante la OTAN, el embajador Douglas E. Lute: ¡Libia!… “Un desafío para la OTAN”, según el diplomático estadounidense, antiguo asesor de la Casa Blanca.
Es precisamente Libia, instalada su problemática en el flanco sur de la OTAN y con los yihadistas de Estado Islámico ganando terreno a marchas forzadas, lo que realmente debiera preocupar a los intereses españoles. Libia es una cuestión vital para España. El problema es que, debido a la lucha interna con dos líderes que proclaman para sí el poder, la OTAN o cualquier otra organización no tiene un interlocutor válido ni confiable a quien poder asistir.
Durante este mes de noviembre unos cincuenta jóvenes libios habrían jurado lealtad al autoproclamado “califato” del líder de Estamo Islámico, Abu Bakr Baghdadi. Sucedió en la ciudad de Derna -ciudad portuaria a medio camino entre Bengazhi y la frontera con Egipto- donde ya se ha tenido constancia de decapitaciones, flagelaciones y otras leyes del terror yihadistas.
La foto que encabeza esta entrada de blog pertenece a esa zona de Libia. Así pues, la amenaza de que los yihadistas de Estado Islámico abran un nuevo frente en este país mediterráneo, con enorme vacío de poder, es cada vez más factible.
OTAN