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Blogs Tareas pendientes por Maria C. Orellana

¿Queremos de verdad estar arriba?

Maria C. Orellana el

Esta semana asistí por razones de trabajo a una presentación sobre los logros y futuras iniciativas de una multinacional relacionada con la tecnología. Como de costumbre, las mujeres presentes en la sala suponíamos poco más del quince por ciento del total. Hasta aquí, todo normal. Lo que me sorprendió fue el organigrama de la compañía a nivel europeo, donde todas las cajas sin excepción mostraban fotos y nombres masculinos (eso sí, de diferentes procedencias y etnias).

Cuando durante el café pude hablar con uno de los directivos europeos allí presentes, sucumbí a la tentación de peguntarle si en toda la organización europea no habían encontrado ninguna mujer que mereciera ocupar alguno de los puestos directivos. Me miró algo sorprendido y se limitó a contestar pausadamente que en España teníamos mucha suerte, porque muchos de los managers son mujeres, pero que fuera no es así. Fin de la conversación.

Afortunadamente, en los países desarrollados las mujeres ya disfrutamos de los mismos derechos y oportunidades. Hay que decir que no desde hace mucho (invito a los escépticos a ver la película Sufragistas, que narra situaciones que se producían en Europa hace tan solo cuatro generaciones). Estudiamos a la par que los hombres y nos incorporamos a la vida laboral prácticamente en la misma proporción. Pero nuestro género se va retirando a lo largo de la vida profesional.

Este gráfico pertenece al informe Women in the Workplace de la consultora McKinsey basado en una estadística realizada en 2015 sobre 60 corporaciones americanas.

De toda la fuerza laboral que estas empresas incorporan casi la mitad son mujeres, pero la proporción va disminuyendo en cada escalón de la pirámide hasta llegar a un exiguo 17% en la alta dirección. Pues si esto sucede en las grandes empresas norteamericanas ¿qué no pasará en otros sitios?

Independientemente de las políticas para favorecer la paridad de género que las empresas puedan (y deban) aplicar, nosotras nos lo tenemos que hacer mirar ¿Queremos de verdad estar arriba? ¿Hacemos lo necesario por ascender, por que se reconozcan nuestros logros, por arriesgar y emprender, por que nuestra pareja comparta las labores domésticas y de cuidado familiar a la par?

Aunque es un video algo antiguo, recomiendo a todas mis lectoras que dediquen unos minutos a ver esta charla de Sheryl Sandberg en Ted Talks ¿por qué tenemos tan pocas dirigentes mujeres?

Vale, a nivel mundial solo el 13% de los parlamentarios son mujeres y el 15% de los directivos, pero quejarnos no es la solución ¿Qué podemos -en los países desarrollados- hacer a nivel individual por cambiarlo?

Si quieres estar en el banquete, siéntate a la mesa.

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Maria C. Orellana el

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