ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs Puentes de Palabras por José Manuel Otero Lastres

Las leyes y la Legión

Homenaje personal que hago a mi padre, jurista y legionario, en el centenario de la creación de La Legión

José Manuel Otero Lastres el

Mi padre, Miguel Otero Saavedra, que así se llamaba, nació en Ferrol el 29 de septiembre de 1908, estudió Derecho, fue Registrador de la Propiedad y falleció en febrero de 1951, cuando yo tenía 3 años. Fue, por tanto, un hombre de Leyes. Pero, tras estallar la Guerra Civil, ingresó en la Academia de Alféreces Provisionales y fue destinado el 1 de diciembre de 1936, a petición propia, en el empleo de Alférez Provisional de Infantería a La Legión, concretamente a la 32  Compañía de la 8ª Bandera de la 1ª Legión del Tercio que se constituyó en Tauima (Melilla).

Como alférez estuvo a las órdenes del heroico oficial legionario Daniel Regalado Rodríguez bajo cuyo mando participó en las batallas habidas en los alrededores de Madrid. Tomó parte también en la encarnizada toma del Vértice del Pingarrón hasta que en la noche del 17 al 18 de febrero de 1937 una bala le alcanzó en una pierna de la que resultó mutilado. Poco tiempo después pasó después a la reserva.

Mi padre ha sido desde que tengo uso de razón la ausencia más presente de mi vida. Y como no tardé en caer en la cuenta de que tenía que impedir que también muriera en el recuerdo de sus descendientes y familiares me serví de la escritura para hacerle un doble homenaje: le escribí una carta y narré una parte de su vida en una novela.

En el primer lustro de los años ochenta del siglo pasado, le escribí una carta, titulada CARTA A MIGUEL – hay quien dice que es lo mejor que he escrito- de la que  me permito seleccionar los dos siguientes párrafos:

Morir, dejando vivos con tu sangre, es vivir fluyendo en su recuerdo. Pero en el recuerdo, Miguel, la vida es un gran vacío. Es un inmenso echar de menos. Es como tener dentro un nido sin pájaro, que nunca volverá a ser habitado y que, poco a poco, se va deshaciendo.

Ser padre en el recuerdo, Miguel, es un estar amorfo e intermitente, pero intenso. Te haces presente cuando te necesito, pero sin rostro, sin límites, sin cuerpo. Te llamo cuando gano y recurro a los vivos cuando pierdo. Te imagino como quiero, forzado, a veces, por la vieja foto amarillenta que aún conservo. Pero tú espíritu vive en mi interior sin defectos, como un héroe que no resiste la comparación con ningún otro ser, vivo o muerto.

 

En el año 2009 publique mi primera novela, titulada LA NIÑA DE GRIS, en la que recurrí a la ficción para narrar sus vicisitudes en la Guerra Civil. De esta novela, que tiene la singularidad de que al escribirla manejé el texto oficial del parte diario de operaciones de la 8ª Bandera de la 1ª Legión del Tercio, solo deseo reseñar algo que me llena de legítimo orgullo. Y es que tanto el parte del 16 de septiembre de 1936 en los enfrentamientos en Boadilla del Monte, como en los habidos el del 5 de enero de 1937 en Las Rozas, tuve la inmensa satisfacción de leer que el Alférez Miguel Otero Saavedra aparecía expresamente citado por su valerosa actuación.

Sociedad
José Manuel Otero Lastres el

Entradas más recientes