Aunque por los últimos acontecimientos pudiera parecer lo contrario, el PSOE tiene un Código ético, cuya última versión es del 10 de octubre de 2014. Como seguramente todos ustedes sabrán, un código ético es un conjunto de normas de comportamiento que asume voluntariamente una institución, en nuestro caso el PSOE, que no siendo coactivas, son de obligado cumplimiento por su ejemplaridad para los miembros de dicha institución.
La nueva redacción del Código ético del PSOE de 2014 obedece al deseo del citado partido de liderar el proceso de limpieza y calidad democrática “enfrentando cualquier forma de corrupción pública derivada de la prevalencia de los intereses particulares sobre el interés general” (cita textual)
Entre sus principios generales, destaca el que afirma que “son especialmente reprobables las conductas que tienen por objeto la instrumentalización del partido para el beneficio personal. El ejercicio de un cargo público u orgánica –añade- es un servicio que responde a los intereses generales”.
Y como “principios básicos y principios éticos” recoge, por encima de todos, el de que “el comportamiento ético de los cargos políticos ha de estar centrado en la honradez como virtud personal y en el compromiso, en el desempeño de los cargos, de servicio a los intereses generales, que siempre deben prevalecer sobre los particulares…”.
Pues bien, desde el punto de vista de la ética personal, no parece que pueda ignorarse la actuación fraudulenta de plagiar una tesis doctoral haciendo pasar como propias ideas ajenas usurpando la más noble de las propiedades que es la que se origina en el intelecto del verdadero autor de la obra.
Y desde el punto de vista de aspirante al cargo de presidente del gobierno tampoco creo que pueda ignorarse el comportamiento del que antepone su interés particular de convertirse en presidente del gobierno a los intereses generales de la Nación que están perfectamente reseñados en nuestra vigente Constitución.
Obtener la confianza del Congreso pactando con partidos, como ERC, algunos de cuyos antiguos dirigentes son delincuentes que están en prisión por cometer delitos de sedición y malversación de fondos públicos, y los nuevos sostienen que perseverarán en tales conductas y con otros partidos, como BILDU que viene dando soporte político a la banda terrorista de ETA que ha asesinado a más de 850 españoles, no parece ejemplar y plantea el interrogante de si se están anteponiendo los intereses particulares de Sánchez a los intereses generales de España.
En todo caso, el Código ético del PSOE solo vincula a sus militantes, razón por la cual si consienten la investidura de Sánchez lo mejor es que lo deroguen y que se dejen de mandangas. ¡Ya está bien de tomaduras de pelo!
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