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Blogs Puentes de Palabras por José Manuel Otero Lastres

Disentir y criticar

José Manuel Otero Lastres el

Una de las grandes ventajas que tienen las redes sociales es que las opiniones de los escribientes no quedan petrificadas como en los medios tradicionales, sino que pueden ser objeto de debate con intervención de los opinantes que navegan por la red. Y claro, en principio, el debate es más enriquecedor que los monólogos de los autores de los originales que se comparten en la red.

Ahora bien, no todas las aportaciones de los opinantes tienen el mismo valor. Hay, en principio, dos intervenciones diferentes: aquellas en las que el interviniente disiente, discrepa, de la opinión del autor y aquellas otras que consisten en una crítica de ésta.

Disentir es simplemente no ajustarse al sentir o parecer de alguien. El rednauta que disiente lo que hace es mostrar una opinión diferente a la del autor del texto original. Y la diferencia puede consistir en mantener estrictamente una opinión distinta del pensamiento acotado por el autor o salirse del ámbito concreto fijado por el autor y exponer su opinión. Ejemplos de ambas posturas: un autor habla solamente de los aspectos nutritivos de la manzana y el internauta sostiene que algunos de los aspectos reseñados no son tal y como los describe el autor; o un internauta trae al debate las peras y se recrea en los datos saludables de esta fruta.

Como se advierte fácilmente, para el autor es más valiosa la opinión del primer internauta que la del segundo. Por la fundamental razón de que a él le interesaban las manzanas y no las peras, aun siendo ambas frutas.

Criticar es otra cosa. Según su primera acepción gramatical, criticar es “analizar pormenorizadamente algo y valorarlo según los criterios propios de la materia de que se trate”. La critica es, pues, un contraste entre la opinión del autor y lo que resulta de los criterios propios de la materia de que se trate. Es oponer una opinión a otra: la primera la del autor apoyada en sus argumentos y la segunda la del crítico que opone otros argumentos extraídos de los principios rectores de la materia de que se trate.

La crítica puede ser, por eso, favorable y desfavorable. Lo primero si el opinión del autor es conforme con los argumentos específicos de la materia en cuestión. Lo segundo si se aparta de estos principios y el interviniente puede demostrar que, a la vista de estos principios, son más atinados sus juicios que los emitidos por el autor criticado.

Confundir disentir con criticar y decir que el autor no admite las criticas cuando su pensamiento no ha sido analizado pormenorizadamente según los criterios propios de la materia, sino que el opinante solo emitió su opinión o amplificó la discusión trayendo al debate un ámbito no tratado por el autor, es un error.

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