Nuestra Constitución establece que la soberanía reside en el pueblo y que los partidos políticos concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular. Tal vez es por eso por lo que se habla reiteradamente de que hay que respetar el “mandato popular expresado en la urnas”.
Lo que ocurre es que bien miradas las cosas las urnas solo reflejan con exactitud el resultado de las elecciones. El resto de lo que dicen se extrae de una labor de interpretación de lo que supuestamente ha querido el pueblo a la vista de lo que ha votado. Y en esto, como en toda interpretación, lejos de haber un sentido único y unívoco, puede haber tantos como sintérpretes.
Viene todo esto a cuento porque en el ABC de hoy se publican las descaradas maniobras que han realizado partidos políticos principalmente de la izquierda (PSOE, IU, BILDU, ERC y DiL) que sin el más mínimo rubor y con luz y taquígrafos, han llevado a cabo un baile de parlamentarios con el pérfido fin de “saquear” las arcas del Estado en su propio beneficio. En efecto, los citados partidos se han prestado fraudulentamente y solo para su constitución diputados y senadores para poder formar grupos parlamentarios en el Congreso y en el Senado y aumentar con ello sus ingresos.
Con una desfachatez inadmisible, ERC, IU y EHBildu se registraron ayer como grupo parlamentario en el Congreso, con el nombre Esquerra Republicana, dando lugar –según sus propias palabras- a una alianza “técnica y no política” cuyo objetivo principal es que IU y EHBildu obtengan los beneficios que otorga el Reglamento del Congreso de los Diputados a las formaciones que logren constituir un grupo parlamentario. Y en la misma dirección el PSOE cedió dos senadores a ERC y Democracia i Llibertad para obtener asimismo grupo propio en el Senado.
Ambas actuaciones suponen un manifiesto fraude de ley, hecho con publicidad y a la vista de todos, que denota, como poco, no ya falta de honradez y lealtad en la administración de los fondos públicos, sino una interpretación retorcida de la voluntad popular manifestada en las urnas.
Porque ¿de dónde se han sacado esas formaciones políticas de izquierda y, por tanto, según ellas mismas defensoras del dinero público, que la voluntad del pueblo expresada en las urnas fue que había de procederse a ese “baile” prestado de diputados y senadores para formar grupos parlamentarios y obtener más recursos? No sé ustedes pero yo por mucho que leo los resultados electorales no logro descubrir mandato alguno en ese sentido de la voluntad popular.
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