El Papa Francisco acaba de pasar cinco horas en Lampedusa, donde ha denunciado la «indiferencia» de la sociedad ante el drama de los inmigrantes indocumentados. Esta isla italiana mira de cerca la costa africana, a poco más de cien kilómetros, lo que la ha convertido en una «puerta de Europa» para aquellos que nada tienen que perder… La travesía es peligrosa. De hecho, durante los últimos años, muchos han perdido la vida en el intento. En el mar, entre Lampedusa y África, flotan el miedo y la esperanza.
Y sin embargo, Lampedusa luce otro aspecto bien diferente si la miramos desde esta cara del mundo. Hace unos meses, un informe del portal de viajes TripAdvisor concluía que la Playa del Conejo (Spiaggia dei Coniglio, en italiano) era la mejor del mundo. Los usuarios de la web la describían como una reserva virgen de la naturaleza a la que únicamente se puede llegar en barco, y uno de los pocos lugares en el Mediterráneo donde las tortugas marinas caguama van a poner sus huevos.
“La Playa del Conejo es claramente un gran éxito entre los viajeros y es fácil ver por qué, con su impresionante agua turquesa y arena blanca“, dijo entonces la portavoz de TripAdvisor, Emma Shaw. Y añadió que “este premio será un gran impulso para el turismo en Sicilia”. Lampedusa, de unos 20 kilómetros cuadrados, tiene un hilo directo con Sicilia mediante un servicio de ferrys. Esos barcos suelen ir llenos de jóvenes felices en busca de esa playa exquisita y aún desconocida por el gran público. La conexión con el norte de África, en patera, es ciertamente muy diferente…
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