En Colombia, hoy, el riesgo es que te quieras quedar. Es un mensaje realista que muestra un nuevo país. Pasear por Bogotá es menos arriesgado que hacerlo por otras capitales de Iberoamérica. Pero el pasado no termina de esfumarse. La ruta turística del narcotráfico, que cumple cuatro años, tiene un protagonista, Roberto Escobar, hermano del narcotraficante más conocido del mundo
El Pablo Escobar Tour nació de una especie de obsesión. Óscar Cantor sabía tanto como podía saberse sobre el narcotraficante. Lo había leído todo. Había hablado con todos. Y de ahí surgió una ruta turística especial, de cuatro días de duración, para dar a conocer “la verdadera historia del capo más grande del mundo”.
Hoy hay muchas rutas relacionadas con los escenarios del narcotráfico. Son una forma de sacar provecho a un pasado negro, pero, obviamente, la “oficial”, la patrocinada por la familia, muestra una versión hagiográfica e irreal, heroica, de los tiempos del plomo. En ese contexto ha ganado un protagonismo evidente Roberto Escobar, superviviente del clan, preso durante una década y ahora reconvertido en guía turístico. “Conozca al hermano de Pablo Escobar” (en la foto, durante la visita), rezan los carteles promocionales de esta oferta turística en Medellín.
La idea del Pablo Escobar Tour nació hace ahora cuatro años. Pudo parecer una excentricidad, pero se ha consolidado al mismo tiempo que Medellín crece como ciudad moderna y fascinante, repleta de ideas renovadoras tanto desde el punto de vista económico como cultural y turístico. Ambas cosas parecen compatibles a día de hoy. Y la prueba es Roberto Escobar, que enseña la casa en la que vivió Pablo, en la que celebraba reuniones y fiestas, cerca de su tumba.
La casa de Pablo Escobar, y hoy museo, está en una ladera con vistas a Medellín. Allí la guía muestra, por ejemplo, los compartimentos ocultos donde el capo escondía la droga o su coche blindado. La guía los enseña por treinta dólares estadounidenses, y también presenta como estrella de la función a Roberto Escobar. Los turistas se fotografían con él, como este periodista de la CNN. Sin embargo, no es el único lugar relacionado con los Escobar que puede visitarse. Destaca la Hacienda Nápoles, a 165 kilómetros de Medellín, reconvertida hoy en un parque temático alrededor del agua, colaboración ejemplar entre el sector público y el privado.
Una cosa más: en Medellín hay diferentes ofertas de rutas relacionadas con el narcotráfico. Si pasas por allí, ten en cuenta que no todas incluyen la casa donde “recibe” Roberto Escobar. De hecho, solo una está autorizada oficialmente por la familia.
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