Unos pies y el azul del mar. Y una fotografía compartida en tiempo real. Los temas de interés en internet pueden ser, a veces, tan livianos y con un gusto tan discutible como el de nuestras extremidades desnudas un día de verano. Los defensores del periodismo de calidad dicen que el éxito de tendencias como esta prueba que Twitter o Instagram son escaparates de la degeneración de esta época del todo vale, si es gratis. Sin embargo, olvidan que las revistas de colorines (y de pago) han incluido durante décadas temas cool –tontos de cool, añadirían algunos- tan escasos de fuste como el que nos ocupa.
No sé quién fue el primero que fotografió sus pinreles, los pasó por un filtro de Instagram y los envió a Twitter o a Facebook. En realidad, en el mundo viral el origen pronto se torna una vaga nebulosa. El caso es que el gesto, de dudosa urbanidad, se ha convertido en una de las imágenes del verano 2013. Antes había canciones de sol y sangría, algunas tan incómodas para los oídos como son los pies para la vista. Ahora hay TT, o fotos tópicas, como es el caso.
En Twitter hay ya un cierto hartazgo de pies, hasta tal punto que la moda inicial de enseñar ha girado hacia la ironía. “Estoy en la playa, tengo cuenta en Instagram y un par de pies… No me obliguéis a hacerlo”, dice @superfalete. @carygooper: “Sólo me haría una foto de pies en la playa con la tobillera de arresto domiciliario”. Y @crohnicas, definitivamente: “Sabes que has ido a una playa popular cuando algunos pies te suenan de Instagram”.
El turismo popular tiene ángulos exquisitos y otros más prêt-à-porter. Hay playas privadas en las que sólo se oye el paso de los camareros que sirven un mojito y otras más tipo deluxe (sálvame). Un poco como en los periódicos. Si lo piensas bien, muchas páginas están llenas de pies (de futbolistas). Y en las novelas negras que triunfan en la playa (os recomiendo Vivir de noche, de Dennis Lehane) abundan los pies metidos en un cubo de cemento arrojado al océano. Vista esta perspectiva, la de las fotos de los instagramers casi sabe a dulce.
Admitámoslo sin rubor: internet huele a pies este verano. Es una nueva foto tópica para nuestra colección, como esa en la que saltamos sobre las pirámides de Egipto o sujetamos la torre de Pisa. Dulces días de sol y humo.
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