Los pasajeros de la compañía US Airways se debieron quedar perplejos. Fue a las seis de la mañana del miércoles 26 de noviembre, en el Bradley International Airport (condado de Hartford, Connecticut, Estados Unidos). Una mujer subió al avión con un cerdo vietnamita barrigón. Lo llevaba a hombros, con un lazo verde a juego con su bolso. Se dirigió a su asiento, justo al lado del de Jonathan Skolnik, profesor de la Universidad de Massachusetts-Amherst, quien, incrédulo, tecleó un correo electrónico al periódico local, The Courant, para contar la historia. Mientras tanto, otro pasajero, Rob Phelps, levantó su móvil y tomó la foto que ilustra estas líneas, y que estos días ha circulado abundantemente por internet.
La mujer ató la correa del cerdo al reposabrazos, y los pasajeros empezaron a protestar por el olor y a preguntarse qué hacía allí un cerdo. En algún momento, todo se complicó: la azafata le pidió a la propietaria que fuera a la zona delantera, para evitar la incomodidad de los pasajeros; luego, el cerdo hizo caca en el pasillo, las protestas crecieron y la tripulación indicó a la propietaria que abandonara el avión. “Cuando el animal se volvió perjudicial, se le pidió a la pasajera que bajara del avión”, le ha dicho a la CNN una portavoz de la compañía.
Según parece, la mascota tenía la acreditación de Animal de Apoyo Emocional, que autoriza a su dueño a viajar con un animal si un médico le considera necesario para su salud mental o para la terapia que esté siguiendo. En España no existe una figura similar. Solo pueden acompañar al pasajero mascotas de menos de cinco kilos convenientemente instaladas en un “transportín”.
El cerdo barrigón es una raza de cerdo doméstico originario de Vietnam. En edad adulta puede pesar más de 50 kilos. En España se hicieron relativamente populares hace unos años, cuando no era raro verlos con sus dueños de paseo por la calle.
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