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Blogs Protocolo y etiqueta por Maira Álvarez

Etiqueta para visitar a un bebé recién nacido

Maira Álvarez el

Hay pocas noticias que despierten más alegría que el nacimiento de un bebé. Ir a visitar a un familiar o amigo a una maternidad es un momento tierno y lleno de emociones. Sin embargo, pocas veces empatizamos con los padres del neonato y no pensamos que pueden estar agotados tras el parto y abrumados por las miles de nuevas sensaciones que despierta el tener una nueva vida entre los brazos.

Los que sean padres entenderán de lo que hablo. Tengo una amiga que se estrenó en la maternidad hace pocos meses y que pidió a su círculo más íntimo que no la fuésemos a ver al hospital, pues prefería vernos cuando estuviese en casa más calmada.

También recuerdo cuando nació mi primera hija, una visita de compromiso que venía oliendo a tabaco e insistía en coger a la bebé y yo no me atreví a decirle que se lavase antes las manos.

El proceso de un parto es hermoso pero también agotador para la madre. Muchas veces, tanto ella como el papá llevan horas sin comer ni dormir y se ven desbordados por la sacudida hormonal, el cansancio y el aluvión de visitas a las que tienen que responder con agradecimiento y buena cara, cuando quizá solo deseen estar solos.

Fuente: Blog Una mamá novata

Hay ciertas reglas de comportamiento que pueden facilitar estos primeros minutos de convivencia entre los papis y su bebé y puede que ni siquiera nos las hayamos planteado.

– Lo primero, es ser paciente y no bombardear a la mamá con mensajes de texto y llamadas telefónicas. Es mejor decirle a la persona que esté con la madre si se le puede ir a visitar, y cuál es el mejor momento. Los primeros días son para hermanos, padres, abuelos y familia más íntima, y también para conocer al bebé, recuperarse de cesáreas, afrontar la lactancia… demasiadas cosas como para que la recién estrenada mamá sea una buena anfitriona.

– Las visitas deben ser cortas, menos de una hora. No hay que hacer tiempo, no olviden que están en un hospital.

– Respeten siempre los horarios de visita. En los centros privados, que suelen ser más permisivos con los horarios, no vayan de visita a las diez de la noche; es mejor acudir al día siguiente en una hora más prudente.

– La conversación debe centrarse en la mamá y su bebé. No es momento para contarle los últimos problemas de la empresa, los problemas sentimentales por los que se pasa o la juerga del fin de semana pasada. El bebé es el rey absoluto de la visita.

– Cuando estén en la visita:

  • Pregunten siempre a la madre si pueden agarrar al bebé, no actúen por libre.

  • Respeten la intimidad de la pareja, y si ven que es la hora de darle el pecho al nene, salgan de la habitación.

  • Nunca saquen fotos demasiado cerca de la carita del bebé, y jamás con flash, puede hacerle daño en sus ojos.

  • No agarren las manitas del nene, pues los bebés se llevan los puñitos a la boca.

  • Nunca hay que besar a un bebé recién nacido en la cara sin permiso de los padres, y jamás en la boca.

  • No hay que hablar demasiado cerca de la cara del bebé, nuestra saliva puede contener bacterias y ellos tienen las defensas aún por estrenar.

  • Jamás menosprecie a la madre, cada persona es un mundo. Decir frases como “qué mala cara tienes”, ” pues sí que te ha quedado barriga” o “no seas tan exagerada, que solo has parido, yo con mi hijo al día siguiente ya estaba de pie” no te hacen quedar por encima, solo son muestras de mala educación.

Y si con toda la gentileza del mundo, los nuevos padres les piden que no vayan al hospital, no se sientan mal. Tan solo hay una nueva personita en el mundo que les acapara las 24 horas al día, y son momentos tan preciosos que es normal que no quieran compartirlos: se está forjando una familia.

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