Decir que aproveche. Aunque mucha gente crea que sea educado, la verdad es que no es así. Hace muchos años, para la aristocracia la mesa era una ocasión para conversar y crear alianzas; la comida no era más que un agradable complemento. La nobleza no llegaba jamás hambrienta a la mesa. El inicio de la comida debe ser en silencio, ya que decir la fórmula de “que aproveche” provoca multitud de “gracias” contestadas con la boca llena.
Servilleta. Mucha gente sigue pensando que la servilleta se deja al lado de la mesa y que si se deja sobre las piernas no se puede llevar a la boca. Error. La servilleta es lo primero que debemos colocar sobre nuestro regazo al sentarnos a la mesa. Y utilizarla. No hay nada más desagradable que ver un vaso o copa manchado de grasa o comida.
La posición de los platos y cubiertos. Más del 80% de las personas no sabe colocar correctamente los elementos en la mesa. Ponen los cubiertos al tuntún, o todos a un lado. Es fácil: a la derecha va el cuchillo con el filo para dentro y a su lado la cuchara. A la izquierda va el tenedor. Los cubiertos se utilizan de fuera para dentro. Los vasos se colocan sobre la mitad del bajo plato. El orden es agua, tinto y blanco.
Los cubiertos. Cuando se hace alguna pausa al comer, los cubiertos se deben apoyar en el plato, jamás en el mantel o sobre la servilleta. Lo más correcto sería apoyarlos dentro del plato con los mangos hacia dentro, para que no se manchen luego al recogerlos nuestras manos con aceites o salsas.
La pala de pescado. Es la gran desconocida de los cubiertos. Se utiliza para limpiar las porciones de pescado y llevarlas al tenedor. Jamás se lleva a la boca ni se chupa. Si hay alguna espina, se quita con los dedos y se deja discretamente en el plato, no hace falta darle una excursión boca – plato haciendo equilibrios en la pala.
El pan. Cuando nos sentamos a cenar varias personas en una mesa redonda, siempre hay alguien que estira su mano derecha y toma el pan que encuentra en el platito a la derecha de sus copas. Gran fallo: le está comiendo el pan de su compañero de mesa. Nuestro platito de pan se encuentra a izquierda de las copas.
El pan siempre se parte en pequeños trozos con la mano, no con el cuchillo.
No pedir sal. La sal era la moneda de la antigüedad, así que siempre se encontraba presente en la mesa. Si nos invitan a comer y antes de probar la comida pedimos sal, estamos desprestigiando a nuestro anfitrión (o anfitriona) diciéndole que su comida no es sabrosa.
Tomar el caldo. Para evitar riesgos de salpicaduras o manchas, es mejor no inclinar el plato hacia uno mismo. No hay que demostrar ser un ansia viva tomando hasta la última gota.