Maira Álvarez el 20 dic, 2016 Una de las tradiciones más arraigadas en el mundo es el envío de las tarjetas de Navidad o christmas. El intercambio escrito de felicitaciones las semanas antes de las fiestas es una costumbre muy enraizada tanto en la sociedad occidental como en la oriental. Aunque hay varias teorías sobre el inicio de las postales navideñas, hay constancia de que durante la Edad Media, los monjes imprimían pequeños grabados religiosos en sus monasterios que luego vendían a visitantes y peregrinos. La primera tarjeta documentada data de 1784, cuando W. Dobson pintó una escena de familia con el árbol de Navidad y un paisaje de invierno de fondo. Dobson se sirvió de su prensa litográfica para imprimir varias docenas de tarjetas. Por aquellas fechas, en los colegios de Gran Bretaña, los profesores les pedían a sus alumnos que redactaran breves notas en relación con la Navidad para enviar a sus familias días antes de las vacaciones. En el año 1843, un caballero británico, Sir Henry Cole, debió pensar en esas notas y quiso felicitar a sus amistades de un modo más original: Sir Cole, inventor y fundador del Museo Victoria & Albert, encargó a su amigo el artista John Calcott Horsley el diseño de una litografía que reprodujera una escena navideña. De hecho, sin darse cuenta, había marcado un hito que marcaría la historia de los christmas: la importancia de la imagen. En este caso, la estampa escogida fue la de una familia sentada alrededor de la mesa, celebrando con vino la Navidad y recordando a sus seres queridos. La imagen fue criticada por muchos puritanos, pues decían que fomentaba la bebida. (¿Se pensaban ustedes acaso que los demagogos y los populistas eran personajes exclusivos del siglo XXI?) En ambos laterales de la postal se podían ver escenas de buenas acciones: personas que dan comida y ropa a los más necesitados. Se añadió la frase “Una Feliz Navidad y un Próspero Año para usted“. Cole hizo imprimir más de 1000 tarjetas que repartió entre sus familiares y amigos y el resto las vendió por un chelín cada una. De esta forma, le sacó un buen partido económico. Cinco años más tarde, en 1848, apareció otra tarjeta navideña diseñada por William Maw Egley, que consistía en cuatro escenas navideñas que incluían el mensaje “Merry Christnas and a Happy New Year to you”. En estas primeras tarjetas se hace más hincapié en la celebración festiva de la Navidad que en los temas religiosos que aparecerán en los diseños más tarde. En 1860, Thomas Nast, creador de la imagen de Santa Claus, organizó la primera venta masiva de tarjetas de Navidad en las que aparecía impresa la frase “Feliz Navidad”. La venta de las tarjetas navideña era ya un éxito imparable, y en 1862 empezaron a ser impresas en serie. El pistoletazo oficial hacia la fama se produjo un año más tarde, cuando en 1893 la Reina Victoria encargó 1.000 tarjetas a una imprenta británica. La abuela de Isabel II era una gran coleccionista d estas tarjetas, y muchas de ellas se pueden contemplar en la actualidad en el British Museum de Londres. Las primeras tarjetas inglesas no mostraban imágenes del invierno o de los temas religiosos, sino que gustaban dibujar hadas, flores y motivos que recordasen al receptor de la misiva que se acercaba la primavera. Poco a poco fueron cobrando importancia también las imágenes cómicas y las más tiernas de animales y niños. Hasta el año 1953 el presidente Dwight D. Eisenhower no publicó la primera tarjeta oficial navideña de la Casa Blanca. Esta tradición se mantendría a lo largo de los años, y las escenas se interpretaban siempre por jóvenes y prominentes artistas americanos. A lo largo del siglo XX, los christmas fueron evolucionando tanto en gustos del público como en técnicas de impresión. Las dos guerras mundiales impusieron los temas patrióticos y los humorísticos con cierto calado social, reflejo de los tiempos convulsos que se vivían. Durante el periodo de entreguerras se produjeron felicitaciones en las que se usaban escenas de soldados y los mensajes utilizados pedían el final de la contienda y la llegada de la paz. Actualmente en Europa imperan las tarjetas con escenas religiosas y mensajes junto a Santa Claus, renos, muñecos de nieve y árboles decorados. En Rusia y los países escandinavos, los gnomos y los elfos amables siguen siendo los mensajeros más populares de los buenos augurios navideños. ¿Y la evolución en España? En la próxima entrada, recordaremos momentos entrañables de nuestras últimas navidades. Ceremonial Tags casa BlancachristmascostumbreDwight D. EisenhowerfiestasJohn Calcott HorsleyMuseo Victoria & AlbertNavidadNavidadespostalesReina VictoriaSanta ClausSir Henry ColeThomas NasttradiciónW. DobsonWilliam Maw Egley Comentarios Maira Álvarez el 20 dic, 2016