Sé que con este artículo voy a ir contra corriente, o a lo mejor no, y soy la primera en levantar la voz y decir lo que otros piensan. Sé que me arriesgo a que me inunden de comentarios y me digan muchas cosas desagradables. Pero yo voy a mojarme porque creo que no hay que tener complejos en decir lo que se piensa, y yo no los tengo.
Pues la verdad es que yo estoy en contra de la Sanidad gratis porque, precisamente por creernos que todo tiene que ser gratis total, es lo que nos ha llevado a estar en esta situación de ruina total del Estado. Tenemos que ser consientes de que somos un país de pocos recursos y hay que administrarlos bien y que la gente que tiene más renta tiene que pagarse lo suyo para que a los pobres les pueda salir gratis. Esto es la solidaridad y lo demás son discursos trasnochados de otras épocas que a mí no van a convencerme.
Ya está bien de vivir del presupuesto público y creernos que papá Estado tiene que garantizarnos un Estado del Bienestar que no nos podemos permitir. Yo estoy dispuesta a pagar mis medicamentos si con ello puedo ayudar al que no tiene y pagarme la educación si un niño de una familia humilde puede ir al colegio. Pero no estoy dispuesta a que con la monserga del gratis total nos quieren dejar en la ruina. No quiero que mi país se convierta en la barra libre para los ciudadanos extranjeros que solo vienen aquí a operarse y a recibir asistencia cuando no hay dinero para los españoles.
Sé de buena tinta que el Gobierno se plantea muy seriamente que las rentas de más de 100.000 euros al año paguen algo por sus medicamentos, y no creo que eso sea un despropósito. Me parece muy bien.
La solidaridad es eso, que los que más tienen repartan entre los que menos. Y que nadie se ofenda.
España
