¿Que pasaría si en la votación de la moción de censura contra el Partido Popular en Murcia los seis parlamentarios de Ciudadanos no votaran en bloque? ¿Qué pasaría si algunos pensaran que en política no vale todo y que no será muy agradable pasear toda la vida por Murcia con el estigma de la traición?
Esta es la cuestión, este es el run run que hay hoy en Murcia, donde al PSOE le bastan cuatro de los seis diputados de Ciudadanos en la Asamblea para tumbar al PP. Y ese es el dilema al que hoy se enfrentan estos diputados.
Me susurran al oido que hay algunos (dos para ser más exactos) que ya han decidido que votarán que “no” y que hay otros dos que se lo están pensando, que hay presiones, maniobras, y que prefieren guardar silencio para no ser tentados, que incluso tienen miedo. Hay movimientos, llamadas de teléfono, reuniones, conversaciones, estrategias en marcha, pero nadie va a decir nada, de momento.
En Murcia se está jugando ahora la partida de ajedrez más importante para el futuro del centro derecha en España. Ciudadanos ha elegido suicidarse entregándose al PSOE y Podemos, y el PP y Vox no tienen más remedio que unir fuerzas para frenar el asalto de la izquierda radical.
¿Isabel Franco y Paco Álvarez votarán sí a la moción que entrega Murcia a la izquierda radical? Algunos lo ponen en duda ¿Y Valle Miguélez y Alberto Castillo consumarán la traición? También hay dudas ¿Seguirán la estela de Ana María Martínez Vidal y Juan José Molina?
Horas frenéticas en Murcia para parar la moción de censura. Y una primera meta, mañana las diez de la mañana finaliza el plazo para presentar un candidato alternativo
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