Paloma Cervilla el 08 abr, 2015 Los cuchillos en el PP se han envainado, por orden de Rajoy, hasta la noche del 24 de mayo, tras la Junta Directiva Nacional del pasado martes. Lo dicen los propios populares al vaticinar que “aquí, cuando se va a empezar a liar, es a partir de las elecciones autonómicas”. Mientras, entre los dirigentes se ha instalado una tensa espera, hasta conocer los resultados electorales. Todo lo que vaya a pasar, o no, en el seno de esta formación política, dependerá del éxito o el fracaso de todos los que se presentan a las elecciones. Entonces comenzarán los movimientos para tomar posiciones de cara al congreso nacional del partido, de donde saldrá la dirección que tendrá que dirigir, ahora sí, la sucesión de Rajoy. A nadie escapa que la posibilidad de que María Dolores de Cospedal revalide la mayoría absoluta en Castilla-La Mancha, puede desatar los nervios en los sectores enfrentados a la hoy secretaria general, y que están liderados por Soraya Sáenz de Santamaría y Javier Arenas. Ambos quieren colocar al frente de la Secretaria General a uno de los suyos para controlar el partido cuando haya que proclamar al sucesor del hoy presidente. Pero si Cospedal gana y la mayoría de los barones se estrellan, la baronesa de Castilla-La Mancha tendrá mucho que decir. Ella, casi con toda seguridad, dejará la Secretaría General, pero pondrá sobre la mesa todas sus cartas, en forma de votos, para seguir controlando el partido. Y en esta pugna también puede entrar el gallego Feijóo. Los dos pueden hacer una alianza para frenar al “sorayismo”. Muy significativo fue el apoyo del presidente de Galicia a Cospedal en pleno acoso de los críticos a su gestión. Desde Andalucía también puede llegar una revolución si el “Bonillazo” (como así se refieren los populares al fracaso en las elecciones andaluzas), se repite en las municipales. La mayoría de los presidentes provinciales, que no vieron nunca con buenos ojos la designación de Juanma Moreno, podrían empezar a moverse si Rajoy queda debilitado tras las elecciones del 24 de mayo. Algunos piensan que en Andalucía hay que dar, de una vez por todas, un golpe en la mesa, y acabar con el arenismo y su círculo más próximo, al que acusan de bloquear la renovación del partido. Todo se juega a una carta, la del 24 de mayo, que marcará el futuro del PP y abrirá el camino a un tiempo de alianzas y estrategias que cambiarán la gestión del partido en el plazo de poco más de seis meses. España Comentarios Paloma Cervilla el 08 abr, 2015