Por mucho que se hable, se escriba y se comente en voz baja, o en ocasiones demasiado alta, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no va a cambir a sus ministros si no hay causa de fuerza mayor, ni a la secretaria general del PP, MarÃa Dolores de Cospedal, durante esta legislatura. Lo dijo el jueves en Radio Nacional al afirmar que “si puede” no los cambiará antes de Navidad y que su objetivo es seguir con su equipo los dos años que le quedan de gobierno.
Solo hay una razón que le obligarÃa a hacer algún cambio, que es el nombramiento de Miguel Arias Cáñete como comisario europeo. Solo eso, porque todavÃa está por ver que vaya a encabezar la candidatura a las elecciones europeas. Yo apuesto porque no y niego, como he leÃdo, que ese sea su interés. Es cierto que para el hoy ministro de Agricultura serÃa un buen final de su carrera polÃtica ocupar una ComisarÃa en Bruselas, pero también es verdad que no ha movido un alfiler para posicionarse, no es su estilo, y hará lo que el presidente le diga que, según tengo entendido, todavÃa es nada. Otra cosa es que algunos le estén poniendo piedras en el camino, sabiendo que Cañete es un hombre poco dado a conspiraciones de salón.
Yo siempre he sostenido que Rajoy no harÃa ningún cambio y que antes, ahora no, se fumaba un puro cada vez que leÃa las crónicas de los periodistas cuestionando a uno u otro ministro. Nunca tuve dudas sobre la posibilidad de que la ministra de Empleo, Fátima Báñez, fuera nombrada candidata en AndalucÃa. Eso era imposible, como también lo era el invento de Arias Cañete. Rajoy no va a prescindir de Báñez con la que mantiene una excelente relación personal, como tampoco lo va a hacer de Cristóbal Montoro, y me temo que tampoco de José Ignacio Wert, a no ser que él quiera dejarlo.
Y lo de Cospedal también es de aurora boreal. Los cuchillos sobrevuelan la calle Génova desde que estallara el caso Bárcenas y algunos han visto en este escándalo la posibilidad de laminar a la secretaria general, que muchos ven como una amenaza por su cercanÃa a Rajoy y por su firmeza ante el extesorero, al que no le deja pasar ni una. Otros se esconden y miran para otro lado. La mujer con más poder en el PP, después de Rajoy, ya está acostumbrada a estar en la diana de algunos de sus compañeros de partido y sabe lo que es salir a flote en aguas turbulentas. Ya puede preparar el flotador para lo que le espera, aunque su principal escudo es su gestión en Castilla-La Mancha. Las encuestas dicen que es la única presidenta autonómica del PP que no solo mantiene la mayorÃa absoluta sino que sube en escaños. Y en polÃtica, todos sabemos que el poder polÃtico lo da el territorio. El que no tenga territorio, no tiene nada.
El periodo electoral que se abre a partir de enero: elecciones europeas en mayo de 2014 , autonómicas y municipales en 2015 y generales en noviembre, está empezando a desatar los nervios en el partido y en el Gobierno y todo el mundo quiere hacerse un hueco o conservar a toda costa el que tiene. Se abre un periodo de subasta de candidato, hagan sus apuestas.Â
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