La maniobra de ayer de Pablo Casado era muy arriesgada, pero en este primer paso le ha salido, o eso es lo que parece, muy bien. No era fácil buscar un camino para explicarle a los españoles de centro derecha que te vas a sentar con Pedro Sánchez, y con todo sus apoyos comunistas y separatistas a pactar una salida a la crisis económica a la que se va a enfrentar España después del fin del estado de alarma provocado por el coronavirus.
La ira, la indignación, el espanto por la gestión de este Gobierno ha llevado a mucha gente a pedir a gritos que con Sánchez e Iglesias no se vaya a ninguna parte, que hay que salir a la calle y protestar. Y yo lo entiendo, y todo eso está muy bien. Pero una vez que se ha salido a la calle, se ha gritado, protestado y llorado, en La Moncloa están sentados los mismos, y todavÃa quedan cuatro años para poder votar e intentar que una nueva mayorÃa polÃtica se ponga el frente del cuadro de mandos de este paÃs.
Por eso, la única salida es intentar llevarlo a tu terreno. Que el futuro acuerdo no sea una trágala sentados todos, sin luz ni taquÃgrafos, en el Palacio de la Moncloa, alrededor de un documento único y con una foto de familia. HabÃa que buscar otra fórmula, intermedia, habÃa que buscar algo porque algo habÃa que hacer.
Y Pablo Casado la encontró y ha arrastrado a Pedro Sánchez a aceptarla. Los futuros acuerdos se negociarán en sede parlamentaria, en una Comisión que se creará en el Congreso de los Diputados, con una composición proporcional a la representación polÃtica, con control parlamentario, con unas actas, y por la que desfilarán representantes de todos los sectores y del Gobierno. Todos tendrán qué explicar por qué se adoptaron unas medidas, y no otras, antes de que la pandemia se extendiera por España sin control.
Cada medida que se acuerde se votará, y ahà se retratará todo el mundo. No habrá una foto para mayor honor y gloria de Sánchez, sino que habrá una negociación en la que todos podrán proponer, opinar y será en la sede del parlamento, no en el Palacio de la Moncloa, como Sánchez querÃa.
Hasta Vox, que se negó a sentarse, ni siquiera a cogerle el teléfono a Sánchez, ha abierto una puerta a participar. El partido de Abascal argumenta que eso sà estaba en sus propuestas. Pues bienvenido sea, hay que estar en todos sitios y allà decir lo que se quiera, pero estar.
Este es el inicio del camino, será largo y veremos muchas cosas. Pero dando portazo a todo no se consigue nada.
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