No penséis que es una broma. Es real y está pasando, en España, concretamente en Cataluña. O mejor dicho, va a pasar el próximo domingo, en las elecciones autonómicas.
A punto de cumplirse un año del inicio de las medidas de confinamiento para hacer frente a la pandemia, en la cresta de la tercera ola, y se llega a anunciar una cuarta, para algunos polÃticos es más importante un voto, que una vida.
Y si no es asÃ, por favor, que me lo digan con argumentos.
El último disparate de la gestión de esta pandemia, es que se ha decidido que los contagiados y los que están en cuarentena, sÃ, escuchan bien, pueden salir de su casa en tropel de siete a ocho de la noche para votar el próximo domingo.
Vamos, que un ejército de zombis con el virus dentro se va a lanzar a las calles de Cataluña y se van a plantar, con el peligro de esparcir el virus por tierra mar y aire, ante una mesa electoral. Bueno, si en la mesa hay alguien, porque si fuera yo, desde luego, iba a salir corriendo a varios metros de distancia.
Esta es la barbaridad que se le ha ocurrido, a no sé quién. Y después, nos echamos las manos a la cabeza porque la gente se va de fiesta e incumple las medidas de confinamiento. Con este ejemplo ¿quién se cree ya nada de lo qué se dice?
La polÃtica no puede estar por encima de la gente. En un paÃs con 70.000 muertos, con una de las mayores caÃdas del PIB de Europa, con 700.000 parados más desde hace un año, en una situación crÃtica, no se pueden permitir estas cosas. Lo siento, no.
España