Supongo que será tan solo un amago. Que Albert Rivera no culminará su abrazo del oso con Podemos. Que no pactará con Pablo Iglesias una reforma constitucional o legislativa para la reforma de mandatos y la limitación de los aforamientos.
Si lo hace, le auguro un negro futuro político a Ciudadanos. Porque supongo que una gran parte de sus votantes de centro derecha no entendería esta alianza con el populismo, por muchas razones que tenga para enfadarse con el Partido Popular.
Yo espero que no sea más que una pataleta de Rivera y sus muchachos, un toque de atención a los populares. Porque si a Rajoy se le cruza el cable y convoca elecciones, Ciudadanos se puede quedar con una representación testimonial en el Congreso de los Diputados.
Yo puedo entender que Ciudadanos tenga alguna que otra razón para enfadarse con el PP, pero no se explica por qué en Andalucía, aunque apoyó una comisión de investigación sobre la Junta de Andalucía, los ERE y demás “menudencias” de la gestión socialista, y en Madrid presiona a los populares con Bárcenas ¿Por qué es menos exigente con el destino del dinero de los parados de los andaluces que con los tejemanejes de un pillo como Bárcenas, que le robó al partido?
Rivera lo que busca es un lugar en el firmamento político, el que le ha arrebatado el PSOE, al que el PP le ha dado el protagonismo de pactar los grandes asuntos de Estado.
Pero de ahí, a echarse en brazos de Podemos va un gran trecho. Cuidado Albert, no juegues con fuego, que te puedes abrasar.
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