A Albert Rivera no le queda otro camino que resistir, ante la ofensiva de la izquierda radical y del PSOE por criminalizar sus pactos con el PP y el apoyo de VOX. Su negativa a abstenerse en la investidura de Pedro Sánchez le está costando muy caro, pero su supervivencia polÃtica pasa por aguantar y no ceder a la presión. Otra cosa serÃa su suicido y su final polÃtico. La mayorÃa de sus votantes rechazarÃa que apoyara a Sánchez.
Ciudadanos no puede claudicar e Inés Arrimadas fue ayer muy clara a la hora de insistir en que los pactos fueron aprobados por la ejecutiva en la que estaban los dimisionarios Toni Roldán y Javier Nart. No hay marcha atrás, dijo, y mucho menos cuando han detectado 100 pactos de la infamia, los que han firmado los socialistas con separatistas, Podemos y los proetarras de Bildu.
La crisis de Ciudadanos tiene dos beneficiarios: el PSOE, que arañará el voto de izquierda moderada de la formación naranja, y el PP, que se llevará el del centro derecha. DifÃcil papeleta tiene Ciudadanos si siguen las deserciones internas y el PP continúa subiendo en las encuestas, como reflejaba el sondeo de ABC. Si tuvieran que repetirse las elecciones, Casado sumarÃa 19 escaños más y alcanzarÃa los 85, dejando a VOX en 9, al perder 15 diputados.
Pero estoy segura de que Pablo Iglesias, que también sale perdiendo en las encuestas, no va a permitir una segundas elecciones. Tragará con todo lo que le pida Sánchez, que, a dÃa de hoy, es su único sustento. Después de la metedura de pata del chalet de los 600.000 euros y de perder 29 escaños y un millón y medio de votos en las generales, no creo que esté para muchas exigencias.
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