Enhorabuena a Wert y la España sin complejos

Me parece muy bien que el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, haya dicho muy claramente, y sin ningún tipo de complejos, lo que piensan muchos españoles. Que ya está bien que en una región, que es España, se restrinja el derecho a estudiar y conocer la cultura española y se le dé un trato secundario, respecto a la de la Comunidad. Que Cataluña no puede reducir a unos conocimientos residuales la enseñanza que se imparte sobre la nación a la que pertenece y que la prioridad sea la catalana, hasta llegar al disparate de que se gasten un millón de euros en promocionar el catalán, sin tener un duro, y teniendo que pedir el dinero al Estado español.

Y lo que es peor, no solo que se intente marginar lo que es España, sino que se denigre y se pretenda demonizar todo lo que suene a español. Esta deriva había que frenarla, y nada como un ministro valiente para poner las cosas en su sitio, al decir que hay que “españolizar a los alumnos”. Pues claro, esa es la misión del Gobierno, la de garantizar que en Cataluña haya colegios en castellano y que los padres que así lo deseen puedan escolarizar a sus hijos en su lengua materna.

Lo realmente trágico es que la intención de Wert sea criticada por el PSOE, en teoría un partido nacional, con el argumento de que se quiere revivir el espíritu nacional de no sé qué épocas pasadas imponiendo la autoridad y la disciplina. Un argumento que no utilizan cuando Cataluña sí quiere imponer la cultura catalana por encima de la española, y llevar a ésta a la marginalidad.

Me parece muy bien que los alumnos catalanes conozcan su historia, pero lo que no puede ser es que se le oculte la nación a la que pertenecen y se la quiera convertir en un concepto residual.