“Se te nota en la mirada, que vives enamorada, te ha acompañado la suerte…” cantaba Soto. Si hay algo que caracteriza la pasión entre dos personas, es el brillo en la mirada que se tiene una pareja de enamorados. Muchas parejas dicen sentirse estos días distantes, aburridas, hastías después de estos meses raros de pandemia. Los motivos por los que se sienten así son obvios: la incertidumbre, muchas horas juntos cuando uno estaba acostumbrado a tener su vida y su intimidad, tener más tiempo para ser conscientes de lo que les separa, discusiones más frecuentes, y, sobre todo, emociones al margen de la pareja como desolación, aburrimiento, miedo, ansiedad…
Todo lo que concierne a uno también afecta a la pareja. Convivimos con las emociones, las preocupaciones, las decisiones de otra persona y estas repercuten también en nosotros. Así que para que una pareja se disfrute y esté bien, es obvio que ambas partes necesitan encontrarse en la onda de estar bien. En estos meses hemos pasado por momentos de bajón que se han ido alternando. Íbamos tirando el uno del otro a rachas. Pero el desgaste se acumula, empiezan los reproches, la dejadez y sin darnos cuenta perdemos el brillo en la mirada. Porque en lugar de centrarnos en qué mantiene el amor, lo hacemos en todo lo que no funciona, no solo de la pareja, sino de nuestro entorno.
Las circunstancias tampoco favorecen el buen estado de ánimo, clave en el estado de ánimo de cualquier tipo de relación, pero más en la de pareja porque es de la que no nos podemos desprender. Tú puedes decidir no hablar durante unos días con tus padres, con tus amigos, pero es complicado tener distancia con alguien con quién convives.
Así que, si estás en este estado de semiconfinamiento, harto y de mal humor y no deseas que tu relación de pareja termine fracasando, pongamos un poco de pasión y cordura para que el amor dure bonito.
1. Empieza por lo básico… las muestras de afecto
El cariño atrae cariño. Si lo que estamos buscando es recuperar emociones, sentimientos, pasión, podemos empezar por dar amor con besos, caricias, dar la mano cuando paseas, tocar al otro. El contacto de la piel, el tacto, la presión que hacemos cuando cogemos la mano a nuestra pareja, acariciar el pelo o un abrazo, todo esto transmite emociones y libera neurotransmisores relacionados con el bienestar y la seguridad. Dopamina y oxitocina fortalecen los vínculos emocionales y son liberadas cuando nos abrazamos con ganas. Toca, besa, acaricia.
Y si eres de las personas que piensa “ya, pero es que no me sale, no me apetece, siempre tengo que ser yo”, entonces tienes que hablarlo con tu pareja. Exprésale la necesidad que tienes de ese contacto, que desearías que tuviera más iniciativa, que fuera más cariñoso y recuérdaselo cuando estéis en el sillón, en la cama, comiendo o paseando por la calle. No pasa nada porque se lo tengas que recordar. Si habéis perdido el hábito de expresaros muestras de afecto, lo normal es que se os siga olvidando si no os lo recordáis.
2. Habla desde el corazón y desde la mirada
¿Qué temas bonitos o íntimos de conversación tenéis pendientes? Si hay algo adorable, reconfortante, íntimo, vinculante, es poder hablar con tiempo y desde el amor con la persona que quieres. Compartir proyectos futuros, situaciones que os inquietan, recuerdos de momentos románticos, conversaciones pendientes para las que no solemos tener tiempo.
Si además creas un ambiente cómodo y relajado, mejor. Una cena sin prisas, un paseo, un vermut, un café en una terraza apacible. Busca un entorno que invite a hablar y a compartir emociones.
3. ¿Alguna serie que podáis empezar a ver juntos?
Una serie no sólo es ver algo que pasa en la pantalla. Es una actividad conjunta. Si la serie engancha, puede ser motivo de conversaciones muy interesantes sobre los personajes, valores, la trama…
Igual que digo serie, pueden ser películas, programas, ciclos de cine, documentales. Se trata de hacer lago relajado, que facilite el descanso juntos y que genere complicidad y emoción. Esa emoción de “¿un capitulillo más?”
4. ¿Una nueva afición en pareja?
Las aficiones son para disfrutar, para reír, aprender algo nuevo, practicar la atención plena. Una afición puede ser un proyecto a largo plazo, porque algunas generan tal nivel de diversión, que uno desea seguir aprendiendo, perfeccionando. Buceo, golf, talleres de cocina, jardinería, padelsurf, lo que sea.
5. El romanticismo de una escapa… solos
Muchas parejas que consiguen sacar un fin de semana largo para ellos, sin niños, se reencuentran con la pasión, las relaciones sexuales, el tiempo, las conversaciones de cuando eran novios. Un fin de semana sin escuchar “mamá…” todo el día es un fin de semana para dedicar esa atención que dedicamos a nuestros hijos o a nuestros mayores, a la pareja.
Cuando somos padres priorizamos el tiempo y las necesidades de nuestros hijos. Muchos padres además desean hacer todo con sus hijos, pero si no respetamos el tiempo y la intimidad de la pareja, la pareja se transforma. Y sin darte cuenta, en lugar de llamar a tu pareja “amor” la estás llamando “mamá”. Hay parejas que se refieren a ellos como mamá o papá. Sí, puede parecer tierno, pero no es pasional.
Toda pareja tiene una dinámica con la camina hacia delante. A veces consigue fluir y otras veces avanza a trompicones. Si en esos baches no introducimos una palanca que cambie el curso de lo que estamos viviendo, lo normal es ir distanciándote de la persona que amas. Distanciarse es muy peligroso, pero nunca sabes cuándo uno de los dos ha cruzado el punto de no retorno.
Cuidemos el amor para que nos dure mucho, pero sobre todo para que nos dure bonito.
Otros artículos de Patricia Ramírez en “El lunes empiezo”
- Por qué siento que nada me motiva y me cuesta disfrutar de todo.
- Por qué no debes sentirte culpable si la meditación te estresa
- Dos ejercicios para mejorar la atención y la concentración.
- Así es el lado positivo de la nostalgia.
- Ha quedado demostrado, sí que sabemos adaptarnos.
- Quejarse para nada es quejarse en vano.
- Vive el presente, no tienes poder sobre el futuro.
