Luciano Martins es un artista brasileño que no se sabe si es más pintor o más viajero. Es uno de los más destacados exponentes del figurativismo de su país. Lo conocí en 2009 en un viaje a Brasil en su taller-galería Art Shop Center de Santa Catarina. Entonces me llamó la atención una versión muy colorista y naif, como toda su pintura, del Guernica de Picasso. Desde entonces no ha parado de pintar y viajar, de viajar pintando.
En uno de estos viajes a Europa (Madrid, París, Oslo, Viena, Amsterdam y Londres) tuvo una curiosa idea, dibujar en las servilletas de cafeterías y bares.
Algunos sostienen que la servilleta fue inventada por Leonardo da Vinci para su mecenas Ludovico Sforza, El Moro, gobernador de Milán. Hasta el siglo XV, los comensales se limpiaban las manos y la boca en lo que pillaban, frecuentemente sus mangas o en el mismísimo mantel. Al parecer, en las patas de las mesas de Sforza se ataban conejos bien peludos para limpiarse en ellos, algo que el delicado Leonardo no soportaba. Así, al genio toscano se le ocurrió cortar pequeños mantelitos individuales para que cada comensal se asease mientras comía lo más pulcramente posible.
A Luciano Martins le encanta esta teoría y siente especial fascinación por las servilletas desechables que ve como “una tela blanca dispuesta para ser pintada”. Dicho y hecho. Algunas de estas servilletas sirvieron de boceto para cuadros más elaborados, otras, tal cual las dibujó mientras se tomaba un café en el Mozart de Viena, la cafetería del Museo Rembrandt de Amsterdam, o la del Reina Sofía de Madrid, componen el corpus de una interesante exposición artístico-viajera llamada “Europa no guardanapo” (Europa en unas servilletas).
El arte y los viajes hermanados una vez más.
Pies de fotos:
Foto de apertura: Cartel de la exposición.
Foto central: Servilletas de Amsterdam y París.
Sobre estas líneas: “El enólogo del Mercado de San Miguel”, “Mozart” y “The Queen”.