A 10 kilómetros de Potes, en Cantabria, se encuentra la encantadora aldea de Mogrovejo, con menos de 50 habitantes. Incluida en la lista de Pueblos más bonitos de España, declarada como Bien de Interés Cultural y Conjunto Histórico y elegida por el Gobierno Regional como Pueblo de Cantabria 2017, perteneciente al municipio de Camaleño, es uno de los principales atractivos turísticos de la comarca de Liébana.
Sus casas de sillería y mampostería, muchas con balconadas de forja y teja roja, la mayoría de los siglos XVI-XVIII, son típicas de la zona y aparecen a los pies de una torre medieval de finales del siglo XIII, hoy de propiedad privada y en venta. Tiene 21 metros de altura, planta cuadrada y está coronada por almenas. Alrededor se fue construyendo el pueblo con casas solariegas. Destaca una, remodelada en el s. XIX, con una capilla de planta rectangular y un retablo barroco.
Las más típicas lucen fachadas de piedra parcialmente cubiertas por un manteado de barro (barro prensado) y con una ventana superior con varas de avellano entrelazadas a modo de celosía.
La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción es de estilo barroco, probablemente del siglo XVII, y tiene una sola nave rectangular con bóvedas de crucería. A su interior solo se puede acceder durante la celebración de oficios religiosos. En el retablo pueden verse los escudos de la familia Mogrovejo y una talla flamenca de la Virgen del siglo XV, conocida como La Milagrosa, rodeada de nichos con pinturas espurias que nada tienen que envidiar a la restauración del Cristo de Borja, y que fueron realizadas para cubrir el vacío de varios expolios.
Rodeado por huertos y prados en los que pacen las vacas, Mogrovejo es un remanso de paz que fue elegido en 2016 para aparecer en la película “Heidi, reina de la montaña” como si fuese una aldea de los Alpes suizos. Basada en un cuento de Johanna Spyri, en los años 70 fue una popular serie de televisión de dibujos animados.
“Abuelito, dime tu: / ¿Qué sonidos son los que oigo yo? / Abuelito, dime tu: / ¿Por qué yo en la nube voy? / Dime ¿por qué huele el aire así? / Dime ¿por qué yo soy tan feliz? / Abuelito, nunca yo de ti me alejaré.”
Sonidos del silencio, nubes de algodón, olor a hierba, tranquilidad…
El abuelito de Heidi bien pudo haber estudiado en lo que hoy es la recreación de una escuela de principios del s.XX, el Museo de la Escuela Rural de Mogrovejo. Gestionado por el ayuntamiento de Camaleño, es de entrada gratuita y ocupa el edificio de las antiguas escuelas del pueblo. Conserva un aula tal y como era en la época: pupitres de madera con tinteros; pizarra con tizas en la pared y pizarrines en las mesas; una cruz, mapas, una estufa salamandra, la enciclopedia Álvarez, el Catón… En otra sala hay paneles explicativos y fotos de alumnos y profesores.
Según Javier López Marcano, consejero de Industria y Turismo del Gobierno de Cantabria, es “un monumento al buen gusto, que nos trae recuerdos y remembranzas de aquellos viejos maestros y de nuestras primeras letras en unos tiempos difíciles”.
A todos los atractivos ya citados, hay que unir el de la cercanía al monasterio de Santo Toribio de Liébana, que está ya preparado para la celebración en 2023 del Año Jubilar Lebaniego. Todos los años en los que la festividad de Santo Toribio (16 de abril) cae en domingo se celebra el Año Jubilar de este cenobio en el que se guarda el trozo más grande del Lignum Crucis, la cruz en la que murió Cristo.
Para llegar a Mogrovejo hay que coger la carretera que va de Potes a Camaleño, Espinama y Fuente Dé. Poco después de Camaleño hay un desvío a la derecha y en 2 km. llegamos al que podría haber sido el pueblo de Heidi.
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