David Axelrod, fallecido en Los Ángeles este pasado 5 de febrero a los 83 años, es uno de los músicos y productores más singulares de la segunda mitad del siglo XX. Es posiblemente uno de los músicos más veces sampleados por artistas de soul, rap, hip hop y remezcladores, auténticos fanáticos estos de los sonidos de Axelrod. La lista es muy larga, de De La Soul a Lauren Hill, de Cipress Hill a Wu-Tang Klan o Dj Shadow, lo cual sirve y servirá para perpetuar en pequeñas dosis la música de Axelrod y sus producciones, tanto las que realizó con Lou Rawls como la casi completa discografía de Cannoball Adderley.
En plena ola psicodélica, tras la gira de Beach Boys, Left Banke, ? & The Misterians y Electric Prunes, David Axelrod se enrola en la grabación del que sería el tercer disco largo de las “ciruelas eléctricas”. Se llamaría Mass in F Minor, una auténtica obra maestra de la psicodelia que en realidad es un disco conceptual del propio Axelrod. Los Prunes se disuelven en mitad de la grabación, grabando solamente “Gloria” y “Kyrie Eleison” la banda al completo, con el innovador Ken Williams -el de las cajas de fuzz- a la guitarra y Jim Lowe a las voces. El resto fue grabado por músicos de estudio liderados por el teclista Don Randi.
David Axelrod volvió a utilizar el nombre de los Electric Prunes para su siguiente disco ese mismo 1968, Release Of An Oath: The Kol Nidre . El nombre de Axelrod comenzó a sonar en el mundo entero y no solo en el pequeño circuito de San Fernando Valley, cuando en la secuencia final de la película Easy Ryder se eligió el tema “Kyrie Eleison”, que llegó a los oídos y las retinas de millones de espectadores. A partir de ahí consigue que su sorprendente y vanguardista música pueda ser grabada, editando el mismo año ya con su nombre Song of Innocence, seguido en 1969 por Song of Experience.
Desde entonces Axelrod ha seguido sorprendiendo, como la recreación en clave rock del “Mesías” de Haendel de 1971, o como pionero de la fusión entre el jazz, el soul y el funk, en Seriously Deep de 1975 con Joe Sample y Ernie Watts.
Otra de sus más significativas colaboraciones es la que protagonizó con la fabulosa cantante sudafricana Letta Mbulu. En los noventa, con las nuevas técnicas del loop y el sampler, los nuevos talentos de la música negra lo vieron como un músico fetiche a quien reivindicar y perpetuar en sus nuevos collage sonoros. Ya en nuestro siglo sellos innovadores como Mo Wax se atrevieron a publicar su nueva música.
Sin duda el legado de David Axelrod sigue abierto a nuevas experimentaciones, música abierta, flexible, todo un pequeño universo por explorar. Alguien que, salvando las distancias, siempre me ha hecho recordar a nuestro malogrado Waldo de los Ríos y lo que habría hecho de seguir con vida. Gracias David, te seguiremos escuchando en la pista de baile.
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