Marisa Gallero el 15 nov, 2015 Los ataques de París asumidos por el Estado Islámico son una declaración de guerra a Occidente. Hoy está en el punto de mira Francia, que apagó las luces de su emblemática Torre Eiffel tras la matanza del viernes 13 de noviembre, y durante el 2015 ha sufrido atentados en Charlie Hebdo, en una tienda kosher –productos judíos–, o la tentativa en un tren de alta velocidad. Mañana ese objetivo sin fronteras será otro país que intervenga en Siria e Irak. Sin olvidarnos de que España es considerada territorio islámico. La soñada Al-Andalus. En «¡Matadlos!» (Galaxia Gutenberg) Fernando Reinares reproduce un texto que deja constancia cuál debe de ser la reacción de un yihadista si se siente perseguido: «Combatid en el camino de Alá a los que combaten contra vosotros, matadlos donde los encontréis, si os combaten matadlos, matadlos hasta que no haya persecución y en su lugar se levante la religión de Alá». Con ese mandamiento sagrado para ellos, provocaron el horror en seis puntos «seleccionados con precisión en el corazón de la capital francesa». No necesitan redes sofisticadas. Una célula terrorista puede estar formada por un solo individuo armado con un cinturón explosivo y un fusil kalashnikov. Un único lobo solitario que se quiera inmolar asesinando mientras sueña con un hipotético Paraíso. Por un solo infiltrado entre miles de refugiados inocentes, que huyen del terror y la masacre abandonando sus hogares, no podemos confundir a refugiados y terroristas. A pesar de que se haya encontrado un pasaporte sirio cerca del cuerpo de uno de los hombres armados, que cruzó la isla de Leros el pasado mes de octubre. Otros vivirán entre nosotros y estarán fichados por la policía por sus vínculos yihadistas sin que todavía se pueda ir contra ellos. Nos encontramos ante una guerra sucia, qué nos hará dudar y sacar nuestros instintos más básicos. Sentirnos vulnerables. Ellos pretenden que el infierno cristiano esté en la tierra. Es hora de no mirar a otro lado. De una cooperación internacional ante una amenaza real que no va a cesar. Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea han asegurado que «harán lo necesario para vencer el terrorismo y el odio». Y no valen las posturas políticas ambiguas. Ciudadanos ha pedido sumarse al «pacto antiyihadista». Pablo Iglesias ha subrayado que su partido «no se identifica con los valores del pacto firmado por PP y PSOE». Son demasiadas lecciones para no tomar estos ataques como lo que son: un acto de guerra. Igual que para el Estado Islámico la yihad significa guerra santa. Con la gran diferencia de que para nosotros la solución no es matadlos. Actualidad Tags #AtaquesParís Comentarios Marisa Gallero el 15 nov, 2015