EscribÃa Michel de Montaigne en sus «Ensayos» en un capÃtulo dedicado a «La inconstancia de nuestras acciones», que «quienes se dedican a examinar las acciones humanas, en nada encuentran tantas dificultades como en asociarlas y en presentarlas bajo el mismo lustre. Suelen, en efecto, contradecirse de forma tan extrema que parece imposible que surjan del mismo lugar».
Esta reflexión me viene a la cabeza cuando veo el papel que se ha adjudicado Pablo Iglesias y las contradicciones que marca a su formación polÃtica. Quiere ser nuestro guÃa, quién nos ilumina el camino que tenemos que seguir, señalando donde se debe ir, cuál deben ser nuestros ideales, quién son los verdaderos patriotas.
Asà que está muy mal asistir a los actos que se celebran por el DÃa de la Fiesta Nacional, pero no hay ningún inconveniente en aparecer en la Diada o el Aberri Eguna. Le va a la zaga al alcalde gaditano “Kichi”, que rechaza acudir a las procesiones de Semana Santa en calidad de alcalde, pero no tiene problemas en celebrar el fin del Ramadán en una mezquita. A eso le llaman, «cabalgar con contradicciones».
Mientras, todos los que van al desfile son unos «hipócritas» que sólo quieren ponerse «medallas» y no se «ocupan de su gente». Ya está. Sólo por colgar un vÃdeo en las redes sociales todos son hipócritas menos él. TodavÃa si asistiera se le podrÃa escapar un «coñazo» como a Mariano Rajoy, y no pontificar como si tuviera la verdad absoluta.
Al ser tan categórico, no es que ya no seas gente, sino que directamente debes de ser un corrupto si vas al desfile. «Los patriotas no tienen cuentas en paraÃsos fiscales, ni en Suiza ni en Panamá como el ministro Soria». Mezclando conceptos que no tienen nada que ver. ParaÃsos fiscales con banderas. Patria con hospitales públicos. Discursos para mostrarse más puros que nadie, más patriotas, cuando realmente es pura demagogia.
Actualidad