300 euros en negro es una miseria. Si tienes que afrontar pagos de la Seguridad Social y no lo asume quién te contrata, eres candidato a formar parte del 18,6% del PIB de la economía sumergida en España.

300 euros al mes no son ni de cerca los 1,7 millones de euros en dinero negro que pagó el Partido Popular por la reforma de Génova 13, como estimó el juez Pablo Ruz en un auto dictado en la Audiencia Nacional.

Pero no se trata de comparar, de siempre excusarnos con el «y tú más». Basta con ser consecuentes con tus palabras. «Luchar contra el fraude no se dice. Se hace», era el axioma de Pablo Echenique. Hasta hace unos días. Quizá la ejemplaridad que exigía a todos, ya no sea para tanto.

Sobre todo al escuchar sus excusas por mantener durante un año a un trabajador doméstico sin abonar las cotizaciones, siendo cargo público. «No está en absoluto claro que haya habido una irregularidad». Entonces, ¿ya no es una vergüenza que tengamos a cuidadores sin pagarles la Seguridad Social? El fraude siempre es de otros.

Podemos ha construido un mensaje contra la casta, erigiéndose en el dedo acusador contra el sistema. Parece incluso que el sistema tiene la culpa de la forma de actuar del secretario de organización. Ese sistema que ya les ha engullido y forman parte de él.

Yo no pediría nunca la dimisión de Echenique. Pero él ya sabe que sus acusaciones nunca tendrán el mismo efecto. La ejemplaridad empieza por uno mismo.