El ajedrez intentó entrar en el programa de los Juegos Olímpicos de Invierno, una puerta trasera que tampoco funcionó. Habría sido una pequeña incongruencia, porque el arte de las 64 casillas se puede practicar todo el año y en las circunstancias más extremas. Lo hemos visto y hasta vivido en Marmolejo y Jaén capital, a más de 40 grados. La crueldad de la ola de calor no ha impedido que los Campeonatos de España de Ajedrez Relámpago y Rápido también superaran el récord de participación, con 244 y 213 jugadores. Sabrina Vega fue la gran triunfadora, al ganar ambas modalidades, mientras que Paco Vallejo se coronó como ganador del ‘blitz’ (3 minutos + 2 segundos de incremento por partida) y Eduardo Iturrizaga se impuso en la modalidad rápida (15+5).
Los procesadores sufren a temperaturas extremas y pueden llegar a colapsar. La ola de calor arreó fuerte, primero al aire libre del balneario de Marmolejo, y luego bajo el techo del polideportivo La Salobreja, en Jaén. Los cerebros menos resistentes lo pasaron mal, sobre todo los modelos obsoletos. Yo me di el capricho de participar en ambos torneos, más de 20 años después de mi último camino sobre el alambre, y permití que mis rivales se dieran un festín de puntos Elo. Me voy de Jaén más querido y menos respetado, lo que tampoco es un mal trueque.
Ajedrez relámpago
El Campeonato de España de Ajedrez Relámpago se celebró el viernes 13, fecha que debió hacernos sospechar, y a 43 grados. El sol ya no daba directamente al comienzo de la primera ronda, pero el termómetro se hacía el distraído. Hubo tantos inscritos que algunos se quedaron fuera. Con partidas tan cortas, la FEDA debería plantearse la posibilidad de celebrar el torneo a diez rondas y admitir a todo el mundo, pese al esfuerzo de material y organización que implicaría superar las cifras de este año. El ajedrez por internet es una buena solución, pero se nota que los jugadores tenían ganas de verse las caras y de disfrutar los extras que conlleva el juego en tres dimensiones.
Once grandes maestros participaron en el torneo. Paco Vallejo confirmó que sigue en lo más alto y ganó en solitario, con 8 puntos en 9 partidas. Solo José Carlos Ibarra (plata) y Ángel Espinosa (cuarto) le arañaron unas tablas. Los otros grandes maestros favoritos tuvieron algún tropiezo y ya no pudieron remontar. Entre ellos, Iván Salgado cuajó una buena actuación y terminó tercero. Especialmente mal lo pasó Eduardo Iturrizaga, el jugador con mayor Elo de rápidas, que tuvo una recta final agónica, con medio punto en las últimas tres partidas. El gran maestro nacido en Venezuela se resarció en el campeonato de rápidas, ya sin Vallejo entre los participantes.
Sabrina Vega, con 6 puntos, ganó el título femenino. Especialmente brillante fue su victoria sobre el gran maestro Pepe Cuenca, cuyo final pude ver y capturar con el móvil:
La segunda clasificada fue María Eizaguerri, que también mantiene su racha, ya que hace unos días se proclamó en Salobreña campeona de España sub 18, en las categorías femenina y absoluta, un hito que no se ha destacado lo suficiente. Tercera fue Sonia Gil.
Ajedrez rápido
El sábado tuvo lugar el campeonato de partidas rápidas, en el que se produjo un triple empate final a 7,5 puntos. Los caprichos más o menos justificados del sistema de desempate otorgaron la victoria a Eduardo Iturrizaga, por delante de los maestros Internacionales Íñigo Mulet y Ángel Espinosa, premio a la regularidad.
Sabrina Vega se proclamó campeona con 5,5 puntos, seguida por la mexicana Andrea Roque y Joana Ros. Álex Garrido fue el mejor juvenil.
Sobre la organización, puedo destacar el buen trabajo del equipo arbitral. La organización del torneo fue buena, con algún retraso comprensible dada la enorme afluencia de jugadores. Funcionó peor la acreditación previa al torneo, con esperas innecesarias y horarios incómodos. Y el avituallamiento, gratuito en Marmolejo y ‘libre’ en Jaén, tampoco tuvo en cuenta la cantidad de bocas que había que alimentar ni, sobre todo, la sed que pasaron los ajedrecistas. Un detalle final: el año que falte Patricia Claros Aguilar nos vamos a enterar.
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